¿Quiénes son los kurdos y qué es el Kurdistán?

Los kurdos no son árabes pues en su mayoría provienen de distintas oleadas de tribus indoeuropeas. El origen de los kurdos se mantiene en discusión. Lo que está claro es que la operación militar que Turquía lanzó esta semana al norte de Siria los tiene a ellos como principal blanco.

Felipe Medina Gutiérrez*
12 de octubre de 2019 - 07:48 p. m.
Una familia de kurdos, en Irbil, protesta contra la operación militar turca al norte de Siria.  / AFP
Una familia de kurdos, en Irbil, protesta contra la operación militar turca al norte de Siria. / AFP
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La presente operación que inició el gobierno turco de Recep Tayyib Erdoğan desplegada en la frontera con Siria  está causando una profunda tensión en la región y la condena de muchos gobiernos y pueblos en el mundo. El mayor afectado es el pueblo kurdo que tiene presencia importante en la zona norte de Siria y para nadie es un secreto que ellos son el verdadero objetivo de esta ofensiva militar turca. Veamos en líneas generales quiénes son los kurdos y qué es el Kurdistán.

Ver más: ¿Por qué Trump les dio la espalda a los kurdos? 

Los kurdos no son árabes pues en su mayoría provienen de distintas oleadas de tribus indoeuropeas (ello al margen que hoy algunos hablen árabe). El origen de los kurdos se mantiene en discusión. De acuerdo a Sebastián Estremo, “la palabra Kurdistán proviene, según diversas fuentes, de la palabra sumeria kur, cuyo significado es montaña, siendo así los kurdos (kurti), las tribus de la montaña”. Además, es importante anotar que el idioma kurdo tiene distintas variantes (que podrían llamarse dialectos) como el Kumanyi y el Sorani. 

El Kurdistán, la tierra de los kurdos, es una región con larga tradición histórica y caracterizada por su relación geográfica con los montes Zagros y las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates. A nivel social, ha sido importante el modelo y componente tribal y hoy constituyen entre 25 a 35 millones de habitantes.

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El pueblo kurdo está dividido en cuatro Estados nación de la región del Medio Oriente: Turquía, Siria, Iraq e Irán. La razón de esto se encuentra en el contexto histórico de la formación contemporánea de los Estados del Medio Oriente tal como los conocemos hoy en día. Los kurdos y los palestinos fueron dos de los pueblos que no obtuvieron su propio Estado nación en la repartición y el nuevo diseño de la región que hicieron las potencias europeas al finalizar la Primera Guerra Mundial.

Muchos consideran correcto hablar del “Kurdistán” sin embargo una mirada más crítica supone hablar con más precisión de “los kurdistánes”. Desde el punto de vista de la religión, hay una diversidad importante. En su gran mayoría son musulmanes sunníes, aunque también hay chiíes y alevíes. Hablar politicamente e ideologicamente de “los kurdos” también resulta inexacto pues hay multiplicidad de tendencias. Según Estremo, “no se trata de una unidad política homogénea, sino que está compuesta por diferentes corrientes opuestas entre sí en lo ideológico que van desde el confederalismo democrático del PKK hasta el nacionalismo de Barzani”. 

En efecto, el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) se fundó en Turquía en 1978 y es liderado por Abdullah Öcalan (condenado a cadena perpetua desde 1999). Hace énfasis en el proyecto del confederalismo democrático como alternativa al Estado nación puesto en curso desde el 2012 con la revolución del Rojava, región al norte de Siria. Por su parte, la representada por el PDK (Unión Patriótica del Kurdistán) se fundó en 1975 y prevalece la influencia de la familia Barzani en Iraq, donde tienen un alto grado de autonomía sobre todo en la ciudad de Erbil.

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En diferentes momentos de la historia, algunos kurdos han confiado en las potencias extranjeras hegemónicas como Estados Unidos o la antigua Unión Soviética para garantizar un mayor juego político en la región, sin embargo, la constante tal como lo vemos hoy con la postura de Donald Trump es la de la traición: “un día eres mi amigo y al otro mi enemigo”, o lo que resulta peor “ya no me importas”. 

Para muchos era previsible este abandono a las fuerzas kurdas de Siria que fueron protagonistas en la lucha efectiva para derrotar casi en su totalidad al Estado Islámico. Mucha gente olvida el hecho de que gracias a la labor de muchas mujeres que estuvieron en el campo de batalla se pudo contener a esta amenaza extremista. 

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Lejos de constituir una comunidad “terrorista” como la cataloga el gobierno en Turquía (de hecho el mismo término de terrorismo resulta supremamente ambiguo), el futuro inmediato presenta un nuevo reto a los kurdos del Rojava, pues deberán combatir a las fuerzas turcas que quieren expandirse al interior del territorio sirio, y llegará el momento de debatir la idea de un posible diálogo con el gobierno de Bashar al-Asad para unir fuerzas y luchar por la integridad del territorio en Siria, afectado profundamente por las revueltas de 2011, la represión y la acción violenta y extremista del Estado Islámico y sus patrocinadores.

*El Colegio de México

Por Felipe Medina Gutiérrez*

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