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Vladimir Putin,presidente de Rusia, nunca ha estado mejor. En los últimos meses no sólo ha recuperado la imagen de Rusia como la superpotencia de otras épocas, sino que su influencia internacional se afianza. Y lo mejor para el líder ruso, amante del caos y la confusión, poniendo en jaque a Estados Unidos.
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La llegada de aviones militares rusos a Venezuela no es una jugada que se limite a apoyar a Nicolás Maduro. Putin tiene como objetivo incomodar a Estados Unidos y poner a temblar su influencia en América Latina.Y Washington le sigue el juego. Varias voces del gobierno de Donald Trump salieron a condenar la presencia militar rusa en el país vecino y le han pedido abandonar el país.
Pero, de acuerdo con una cartilla que el propio Putin diseñó por allá en 2007, eso no va a pasar. Putin no da un paso atrás. Y se lo dejó claro a Estados Unidos esta semana con un nuevo desafío: una cita con Kim Jong-un, líder de Corea del Norte. El mandatario ruso anunció un encuentro con Kim el próximo jueves. Dijo que hablarán de desnuclearización y retos de la seguridad global, los temas cuyo protagonismo ha estado en manos de EE. UU. por años.
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Kim había rechazado un encuentro con Moscú en 2015, cuando rehúso aceptar una invitación a Moscú para participar en los festejos de 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, pero luego de la fallida cumbre con Trump, el 28 de febrero de 2019, cuando el estadounidense no logró ningún acuerdo y el líder norcoreano no consiguió el levantamiento de las sanciones, las cosas cambiaron.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, consiguió materializar la reunión. Se espera que toda la atención de las conversaciones entre Putin y Kim en Vladivostok se centren en el problema de la desnuclearización, en el que Moscú, Pionyang y también Pekín hacen frente común en lo que se refiere al método para lograr ese fin.
"Es evidente que, sin la más activa participación de Rusia articular este mecanismo es imposible", afirmó recientemente el embajador ruso ante Pionyang, Alexandr Matsegora, en alusión al fracaso de la cumbre entre Kim y el presidente de EE. UU., Donald Trump.
Tras el bajón que experimentaron en los pasados años 1990, bajo Putin las relaciones entre Moscú y Pionyang se encuentran en un "buen momento", dijo a Efe el vicepresidente de Consejo de Asuntos Internacionales y exembajador ruso en Corea del Sur, Gleb Ivashéntsov.
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En su opinión, las solas garantías de Washington son insuficientes, ya que Estados Unidos "ha demostrado su incapacidad de cumplir acuerdos". Citó como ejemplo el abandono estadounidense de los tratados de defensa antimisiles y de misiles de alcance corto y medio (INF), así como del acuerdo nuclear con Irán.
"De hecho EEUU propone a Corea del Norte lo mismo que contemplaba el acuerdo con Irán, pero los norcoreanos han visto lo que ha pasado, por lo que las garantía deben ser multilaterales", dijo Iváshentsov.
Golpear primero
La cartilla de Putin, que ya mencionamos escribió en 2007, señala entr otras cosas que hay que valorar la importancia de los enemigos. Concepto central de la política rusa. “Cuanto más potente sea la amenaza exterior, más fuerte se sentirá el gobernante ruso”, dice la cartilla. En otro capítulo agrega: “Si el combate es inevitable, hay que ser el primero en golpear”.Por eso Putin no espera, con una lucha paciente y obstinada, que aprendió durante su infancia en las calles de Leningrado (hoy San Petersburgo) el mandatario ruso ha dejado su impronta: ante cualquier síntoma de debilidad de su adversario, Vladimir responde.
Y así lo hizo en Venezuela. Tras tantas amenazas de invasión por parte de Estados Unidos, Putin no lo pensó un segundo para enviar dos aviones cargados con insumos (un misterio todavía) y 99 militares de alta experiencia en otros países con conflictos.
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El canciller ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista concedida a la cadena de televisión local Zvezd, aseveró que Estados Unidos no puede contar con el apoyo de América Latina en una intervención militar en Venezuela y recuerda que la medida no será un “blitzkrieg” (guerra relámpago).
“Es poco probable que los apoye algunos de los países de América Latina. Según tengo entendido, confían en el apoyo de uno o dos países”, aseveró.
Moscú ha alertado, en múltiples ocasiones, de las catastróficas consecuencias que se pueden derivar de las injerencias foráneas, entre ellas una intentona golpista o una agresión militar -planteada por Washington- en Venezuela.
La diplomacia de Rusia
"Los diplomáticos afrontan tareas importantes, de gran envergadura, en la compleja situación actual, cuando la seguridad internacional y el orden legal se ven sometidos a pruebas serias", señaló el mandatario ruso el pasado 10 de febrero.Ver más: Rusia instalaría escudo antiaéreo en Venezuela
Entonces, Putin instó a defender los principios básicos del derecho internacional y el papel clave de la ONU, así como aunar los esfuerzos de la comunidad mundial en la lucha contra la amenaza terrorista.
"Putin ha ido ampliando su rango de acción de la política internacional rusa. Ha ido afinando sus instrumentos y ha ganado en confianza para usarlos. Ucrania, Siria y la reciente muestra del nuevo arsenal (apenas hace unas semanas) muestran esa vocación inequívoca de seguir ampliando esferas de influencia", explicaba a este diario el historiador Miguel Benito-Lázaro.
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El analista internacional agrega que Putin aprendió a mirar el mundo desde la perspectiva de un miembro de la comunidad de inteligencia soviética durante la Guerra Fría y lleva cerca de intentando rehacer aquel mundo en el que se siente cómodo. "Putin ha logrado adaptarse al mundo de las nuevas tecnologías y aprovecharlo para perturbar, obstruir e interferir en el funcionamiento de las sociedades abiertas. Los hackers y bots han sido instrumentos tan útiles como baratos para, sobre todo, fomentar las tensiones entre sus aliados". Que lo diga Trump.