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Alberto Santofimio sigue sin obtener lo que, en este momento, más desea: la libertad condicional. El excongresista liberal fue condenado en 2007 a 24 años de prisión por el magnicidio del precandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, su escolta Santiago Cuervo Jiménez y el concejal Julio César Peñalosa Sánchez, fallo que fue ratificado por la Corte Suprema en 2011. Y, por ahora, seguirá detenido en su casa, según el diario El Tiempo, por no haber indemnizado aún a sus víctimas.
Desde mayo de 2017, en el expediente de Santofimio se ve que los jueces han estudiado la posibilidad de otorgarle libertad condicional a petición suya. En esa época obtuvo la detención domiciliaria, luego de que en agosto de 2011 la Corte Suprema de Justicia reversara la absolución que le había concedido el Tribunal Superior de Cundinamarca y dejara en pie la sentencia en su contra y la obligación de indemnizar “los perjuicios causados”. La orden de la reparación la dio el juez de primera instancia y la confirmó la Corte Suprema.
La familia Galán, por su parte, dice que no está interesada en lo absoluto en ningún dinero de parte de Santofimio. “Desde el momento en que nos constituimos en parte civil en el proceso de investigación del asesinato de mi padre, lo hicimos con el único objetivo de que se conozca la verdad. Esa era la reparación que buscamos y seguimos buscando: conocer la verdad", le dijo a este diario el exsenador Carlos Fernando Galán, cuya familia no ha pedido que Santofimio Botero los repare.
“Nuestro interés nunca ha sido una indemnización. Siempre ha sido conocer la verdad”, sostiene el menor de los hijos de Luis Carlos Galán. El año pasado, Santofimio acudió a la JEP “no en la búsqueda de beneficios penitenciarios, sino con el firme propósito de demostrar mi inocencia ante una justicia imparcial”, petición a la cual se opuso de entrada la Procuraduría por considerar que no había relación entre el magnicidio de Luis Carlos Galán y el conflicto.
Si su caso fuera admitido ante la Jurisdicción Especial para la Paz, ¿será este el escenario donde la familia Galán obtendrá la verdad que lleva años exigiendo? Carlos Fernando Galán estima que el caso ni siquiera debería llegar a la JEP, porque se trata de “cosa juzgada”. En su opinión, “en ese proceso que llegó a la Corte y frente al cual la Corte ya tomó decisión, el condenado (Santofimio) nunca mostró interés por aportar verdad para reparar a las victimas”.
Carlos Fernando Galán explica que ni él ni su familia, los Galán Pachón, han solicitado alguna vez que la libertad de Santofimio se supedite al pago de una indemnización. “(Pero) hay que recordar que nosotros no somos las únicas víctimas. Está la familia de Santiago Cuervo, el escolta del DAS que también fue asesinado en el atentado. Y del concejal Peñaloza, de Soacha. No podríamos asumir la vocería de las demás víctimas”.
El fallo contra Santofimio
Para condenarlo, la justicia tuvo en cuenta testimonios como el de John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye. El exsicario del cartel de Medellín declaró que Alberto Santofimio Botero, quien había sido cercano a Pablo Escobar durante su fugaz paso por el Congreso, comandó clandestinamente “la parte política” del grupo Los Extraditables, promovido por Escobar junto con otros narcotraficantes como Gonzalo Rodríguez Gacha (el Mexicano).
Popeye contó también que contra Galán se fraguaron sin éxito otros planes para asesinarlo, como uno que se planeó para cometerse en la Universidad de Medellín. Luego de algunos intentos que fracasaron, Escobar, Rodríguez Gacha y otros “extraditables” se reunieron en una finca y allí fue, aseguró Popeye, cuando se definió el destino violento que correría Galán en Soacha (Cundinamarca) el 18 de agosto de 1989.
Para esa época, Galán hacía una fuerte campaña con el propósito de hacerse elegir como candidato a la Presidencia por el movimiento Nuevo Liberalismo, del cual él mismo había conseguido la expulsión de Santofimio. La posición de Galán ante un narcotráfico que empezaba a permear con fuerza a la sociedad colombiana era una preocupación para Los Extraditables que crecía a medida que el fenómeno Galán también lo hacía.
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Otros subordinados de Pablo Escobar como Luis Carlos Aguilar Gallego, alias el Mugre, y el esmeraldero Pablo Elías Delgadillo Buitrago –amigo del Mexicano- fueron también testigos ante la justicia de la relación estrecha entre el capo de Capos y Alberto Santofimio. Especialmente, afirmaron, a finales de los años 80, época en que Los Extraditables movían cielo y tierra para frenar el mecanismo de la extradición.
Para la Corte Suprema de Justicia, las evidencias eran suficientes para concluir que Alberto Santofimio Botero había sido el determinador del asesinato de Luis Carlos Galán. Como “indicio de capacidad moral para delinquir”, fue clave la condena que ya pesaba contra Santofimio por haber recibido recursos de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Mostraba, dijo la Corte, su capacidad no de cometer un homicidio, sino de acudir a las vías ilícitas.
Santofimio, por su parte, siempre ha negado haber tenido algo que ver con el crimen de Galán, a quien consideraba un compañero del movimiento Nuevo Liberalismo. Desde que se abrió el proceso en su contra, el excongresista ha alegado que no tenía chance de defenderse ante una justicia que lo había condenado desde el inicio y, por eso, tiene ahora sus esperanzas depositadas en la JEP, organismo que aún no se ha pronunciado al respecto.
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