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El Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Bogotá, según fuentes del Instituto Penitenciario y Carcelario, Inpec, le concedió la libertad condicionada a Marilú Ramírez Baquero frente a la solicitud que hizo el abogado de la supuesta infiltrada de las Farc a la Fuerza Pública, a la Justicia Especial para la Paz, el pasado 21 de abril.
Ramírez Baquero estaba recluida en la cárcel desde el 29 de octubre de 2007, sindicada del delito de rebelión por infiltrarse en la escuela superior de Guerra en el 2006 y activar un carro bomba.
La mujer firmó un acta de compromiso para seguir vinculada al proceso y empezar a contar la verdad sobre el atentado en la Universidad Militar que dejó 23 personas heridas, el 19 de octubre de 2006 en Bogotá.
La historia de Marilú Ramírez se conoció en 2007, cuando la presunta subversiva se infiltró en un curso para oficiales de alto grado al tiempo que asistía a toda clase de eventos militares y sociales.
Marilú Ramírez Baquero, de 40 años de edad, quien se presentó ante los militares como funcionaria de la Veeduría de Bogotá, logró ser aceptada en el 2005 como parte del personal civil que asiste a esos cursos, que son dictados por oficiales superiores.
Ramírez y otros cinco guerrilleros de las milicias urbanas de las Farc en Bogotá fueron arrestados por miembros del Ejército especializados en combatir a las guerrillas en un barrio popular al suroeste de la capital. La supuesta insurgente, tratando de evadir a las autoridades, presentó un carné que la acreditaba como graduada civil del Curso Integral de Defensa Nacional, que duraba más de 10 meses.
Baquero está involucrada en un atentado con carro bomba en una universidad militar en Bogotá, que dejo 23 personas heridas y razón por la cual el presidente, Álvaro Uribe, suspendió las gestiones que se adelantaban con las Farc de cara al acuerdo humanitario. El vehículo con el que se perpetró el ataque fue dejado en el estacionamiento del centro educativo por un hombre que vestía prendas militares, según se constató después en los videos de seguridad.
Al momento del atentado estaban presentes el comandante del Ejército de esa época, general Mario Montoya, así como el representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Juan Pablo Corlazzoli, quienes resultaron ilesos, entre otras personalidades.
La mujer pasó por encima de todos las estrategias de seguridad que existen para este tipo de eventos. Logró incluso visitar y tomar fotografías de bases militares, de un buque de la Armada y de otras instalaciones. Sus actividades fueron descubiertas a raíz del decomiso de un computador portátil que dejó abandonado Carlos Antonio Lozada, jefe guerrillero de las Farc, durante un ataque del Ejército a un campamento insurgente en abril del 20008 en el departamento del Meta.