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Este martes, 26 de septiembre, se supo que la Corte Suprema de Justicia ordenó ayer lunes la captura del congresista Musa Besaile, el senador más votado del Partido de la U en las elecciones de 2014. El alto tribunal lo busca para que rinda indagatoria por cohecho (soborno) y peculado. Aunque hay otros congresistas que han sido mencionados por la Fiscalía como posibles beneficiarios de la red de corrupción que habría surgido en la Corte Suprema, como Hernán Andrade o Álvaro Ashton, hasta ahora sólo Besaile ha aceptado su participación en ella. (Ver: Musa Besayle admite que pagó $2.000 millones a exmagistrados de la Corte Suprema)
De esta forma, Besaile pasaría a ser el primer detenido del Congreso por el escándalo de corrupción que no cesa en la Corte Suprema. Él mismo le contó a ese alto tribunal que había conocido a Gustavo Moreno en 2014, por introducción del exmagistrado de la Corte Suprema, Francisco Ricaurte. Que Ricaurte le dijo que sólo Moreno era el indicado para manejar su proceso por parapolítica ante la Corte. Que Moreno lo buscó con insistencia, hasta que le dijo que $6.000 millones arreglarían su problema: una orden de captura en camino. Que el pago final acordado fueron $2.000 millones.
El pasdado martes 19 de septiembre, también en la Corte Suprema, Gustavo Moreno dio por primera vez una declaración. Confirmó lo dicho por Besaile y dijo que, antes del pago del soborno, ellos se reunieron varias veces, acompañados del exmagistrado Ricaurte, quien fue detenido a raíz de este escándalo el miércoles 20 de septiembre dentro del búnker. Ricaurte se encuentra ahora en la cárcel La Picota y será investigado formalmente por uso indebido de información privilegiada y concierto para delinquir, entre otros delitos.
Besaile señaló en medios que Gustavo Moreno era un "extorsionista profesional" y trató de hacer de esa su estrategia de defensa. Aseguró que el pago se había hecho en 2015, pero que había mantenido silencio al respecto porque en el asunto estaban involucrados un expresidente de la Corte (Ricaurte) y quien, en esa época, era el presidente del alto tribunal: José Leonidas Bustos. Dijo que tuvo que recurrir a un préstamo para pagar la "extorsión". El exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, dio otra versión: expresó que al menos $600 millones de las arcas de Córdoba habían llegado a manos de Besaile para ese pago.
Hasta ahora, la confesión de Besaile es la prueba reina de la corrupción que habría desbordado a la Corte Suprema. Según las transcripciones de las conversaciones que grabó la DEA entre Leonardo Pinilla, Gustavo Moreno y Alejandro Lyons, reveladas hace unas semanas por Caracol Radio, los congresistas Hernán Andrade y Álvaro Ashton habrían hecho algo similar. El primero, jefe del Partido Conservador, habría pagado $2.300 millones, dijo Pinilla. El segundo, $300 millones. Igual que el exsenador Luis Alfredo Ramos, de quien no se ha mencionado cifra.
Andrade, Ashton y Ramos han negado cualquier participación en esta red de corrupción. Los ingresos al Consejo Superior de la Judicatura entre noviembre de 2012 y noviembre de 2014, tiempo en que Ricaurte estuvo allí en la Sala Administrativa, muestran que con Ramos nunca hubo encuentros en ese espacio. No obstante, prueban también que tanto Ashton como Andrade sí se vieron con él varias veces.
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