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Las botellas de plástico procedentes de Asia y arrojadas por buques mercantes están generando un serio problema ambiental en una pequeña isla en el Atlántico. Su nombre es Inaccesible, tiene apenas 12,6 kilómetros cuadrados y, según un artículo que publica hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), sus costas están llenándose de estos artículos contaminantes. (Lea ¿Por qué la Iglesia católica celebrará un sínodo sobre el Amazonas?)
Esta isla, declarada por la Unesco como reserva de vida silvestre, es parte del archipiélago de Tristan da Cunha, que forma parte de los territorios bajo administración británica que se conocen como Santa Elena, Ascensión y Tristán da Cunha. Ese archipiélago está situado a 2.400 kilómetros del territorio habitado más cercano, Santa Elena. Allí habitan, entre otras especies el rasconcillo (Atlantisia rogersi), el ave no voladora viva más pequeña del mundo. (Lea Una nueva declaratoria para proteger 20 áreas naturales de la Amazonia colombiana)
La investigación publicada en PNAS fue hecha por un equipo internacional de científicos encabezado por Peter Ryan, del Instituto FitzPatrick de Ornitología Africana en Sudáfrica. (Lea Cuando los medicamentos contaminan el medio ambiente)
“En general se cree que la mayoría de los desechos plásticos que flotan en el mar procede de sitios en tierra, pero son pocas las pruebas que sustentan esta suposición”, señalaron el artículo.
“Desde 1984 se han obtenido registros de los desechos a lo largo de la costa oeste de la isla Inaccesible que tiene un nivel elevado de carga de residuos grandes”, escribieron los autores en otro apartado.
En 2009, los investigadores examinaron 3.515 piezas de residuos plásticos y en 2018 inspeccionaron 8.084 piezas. El envase más antiguo identificado en esas recolecciones cerca de la isla Inaccesible fue un contenedor hecho de polietileno de alta densidad en 1971.
Las botellas plásticas de bebidas muestran la tasa de incremento más alta entre esa marejada de desechos con un aumento del 15 % anual comparado con un 7 % para otros tipos de residuos. Para su evaluación, el equipo de Ryan empleó dos indicadores: la marca de procedencia y la fecha de fabricación de las botellas.
Estas botellas están hechas con tereftalato de polietileno (conocido como PET por su sigla en inglés) y su presencia se ha incrementado a un ritmo del 14,7 % cada año desde la década de 1980, indicó el artículo. El 90 % de las botellas arrastradas a las costas de Inaccesible tenía fecha de fabricación de unos dos años antes de su recolección.
Los registros de la década de los 80, añadió el estudio, apuntan que dos tercios de las botellas de plástico halladas provino de América del Sur arrastradas unos 3.000 kilómetros por el viento.
En 2009 Asia sobrepasó a América del Sur como origen principal y, para 2018, las de procedencia asiática representaban el 73 % de las botellas acumuladas y el 83 % de las recién llegadas “en su mayoría hechas en China”.
“El incremento rápido de los desechos asiáticos, principalmente de China, combinado con la fabricación reciente de estos objetos, indican que los buques son responsables por la mayoría de las botellas que flotan en el océano Atlántico central del sur”, indicó el artículo.
Los científicos añadieron que esto viola las regulaciones del Convenio Internacional para prevenir la contaminación por los buques.