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Uno de los grandes problemas que se disparó a raíz de la implementación del aislamiento preventivo fue el aumento en los índices de violencia contra mujeres y niñas. En muchos casos, las tensiones económicas en medio de la crisis sanitaria se convierten en uno de los factores de riesgo que pueden potenciar la violencia en el interior de los hogares. De acuerdo con un informe de ONU Mujeres, sobre las dimensiones de género en la crisis del COVID-19 y los impactos diferenciados, la emergencia puede llevar a algunas mujeres a permanecer en relaciones de pareja violentas debido a la dependencia económica.
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Se trata, eso sí, de un fenómeno que se agudiza en este tipo de situaciones, pero que viene registrando altos índices desde mucho tiempo antes de que comenzara la pandemia. Según cifras de la Policía Nacional, durante 2019 se registraron 464 casos de violencia intrafamiliar en el país e incluso solo el fin de semana del Día de la Madre fueron asesinadas siete mujeres.
En ese mismo fin de semana, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se presentaron 53 casos de presunto delito sexual, 44 de ellos contra la mujer. Además, las tasas de violencia intrafamiliar y los hechos de violencia en pareja fueron de 162 y 330 eventos respectivamente, en los que la mujer fue quien recibió más agresiones y la vivienda fue el lugar más recurrente. De ahí que la cuarentena facilite la configuración de escenarios de violencia, en los que el riesgo recae sobre todo en las mujeres que deben permanecer aisladas junto con sus agresores.
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El fenómeno presenta cifras particularmente alarmantes en algunas ciudades como Cali, en donde solo el primer trimestre de este año la Fiscalía tipificó 11 feminicidios y en el marco de la cuarentena cerca de 400 mujeres han hecho llamadas a la Subsecretaría de Equidad de Género para solicitar ayuda por violencia durante el aislamiento. Esto sin contar los subregistros debido al miedo que sienten las mujeres de denunciar a sus agresores, incluso, por no encontrar mecanismos que faciliten las denuncias sin ponerlas en riesgo.
“Vamos a lanzar una campaña que se llama ‘Ruidazo por las mujeres’. Lo que queremos es un cacerolazo un día de la semana. Vamos a sancionar socialmente y procurar que se sancione de forma jurídica a todos los agresores y decirles a las mujeres que no están solas, que si es con unas es con todas”, explicó Nancy Faride Arias, subsecretaria de Equidad de Género de Cali en diálogo con El Espectador. Agregó que cada jueves, a las 6 p.m., habrá un cacerolazo, una charla virtual o una actividad compartida para visibilizar esta problemática en la ciudad.
¿Qué hacer cuando la mujer no puede pedir ayuda porque está en cuarentena con el agresor?
Hasta el momento, en la Subsecretaría estamos elaborando un protocolo de lenguaje indicativo o en claves. Lo estamos creando a partir de esa necesidad que surge para comunicarnos con las mujeres telefónicamente. También abrimos la posibilidad de comunicación vía Whatsapp, ya que es un medio más discreto. En la campaña “Ruidazo por las mujeres” estamos buscando poner una serie de afiches con la ruta de atención en tiendas y droguerías, incluso capacitar a algunas personas que puedan ofrecerle a la mujer información.
¿Cuáles son las líneas de atención para las mujeres en Cali?
Tenemos una línea que es 24 horas: 310 516 2760. Hay otra en horario de oficina: 350 803 2031.
En caso de que deban salir de sus casas porque fueron violentadas en medio de la cuarentena, ¿hay hogares de acogida para ellas?
Luego de que una mujer llama a la Subsecretaría y expone su caso, tenemos un violentómetro para medir cuál es el nivel de riesgo en el que está la mujer y determinar si está expuesta a feminicidio. En caso de que sí, se abre el lugar de acogida y ella puede llegar con su núcleo familiar. Allá se les da alimento, hospedaje, kits de aseo y ropa. Adentro hay un equipo permanente de enfermeras, una abogada, una trabajadora social y una psicóloga. Es importante decir que la gente piensa que nosotros podemos ir y sacar a la gente de su casa, y no podemos. No somos autoridad para eso.
¿Cuáles son las señales de alerta de una posible agresión?
El mayor problema que enfrentamos es la naturalización de la violencia. No es normal que te quiten tu celular, que te griten, que te empujen, que te controlen tu tiempo. Quienes han estudiado el tema han identificado un ciclo que inicia con lenguaje verbal que descalifica a la mujer. Ese comportamiento puede volverse recurrente y mentalmente enfermar a una persona. Luego de esto pasa a empujones, muestras de poder físico y encerramiento. Lo más común es que les quiten el celular y les controlen el tiempo en la calle. Estos elementos configuran un ciclo de violencia que pueden estar acompañados de golpes y abuso sexual.
¿Cuáles han sido los tipos de violencia más comunes y los rangos de edad donde se presenta violencia?
En cuarentena el tipo de violencia más frecuente es la psicológica, seguida de la física y la patrimonial, tal vez por el nivel de dependencia. Muchas mujeres son trabajadoras informales y no pueden salir a trabajar, entonces son sometidas por sus parejas a situaciones de discriminación. Quienes más nos llaman están entre los 25 y 35 años.
¿Hay información en línea para que las mujeres puedan conocer los tipos de violencia?
Hemos hecho seis diálogos virtuales sobre violencia hacia la mujer. Hemos hablado de economía del cuidado, de masculinidades no violentas, de pautas de cuidado y autocuidado. Hemos sacado flyers con tips respecto a su autoestima. Además, estamos desarrollando un diplomado sobre participación política de las mujeres con la agencia NBI.