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La crisis de gobernabilidad por la que atraviesa el presidente Iván Duque ha escalado hasta los más altos niveles de enfrentamiento entre el Capitolio y el Ejecutivo. Las reformas de iniciativa presidencial parecen no tener mayor futuro en el Legislativo, principalmente, por cuenta del escaso tiempo que queda para que acabe el primer semestre en el Congreso. Y, por enésima vez, la principal sacrificada terminará siendo la reforma a la justicia.
Y es que faltando apenas dos semanas para que los legisladores salgan a vacaciones, aún ha sido imposible que el gobierno convenza a senadores y representantes de darle vía libre a una reforma que también han intentado sacar adelante -sin mayores frutos- gobiernos anteriores. La lucha que ahora lidera la ministra de Justicia, Gloria María Borrero parece transitar el mismo destino y todo por cuenta de un álgido debate en el que se enganchó con el presidente de la Cámara, Alejandro Carlos Chacón.
(Lea: Los puntos gruesos de la reforma a la justicia que presentará el Gobierno)
El motivo de la discusión radica en que el gobierno afirma que por cuenta del legislador liberal no se ha podido dar trámite a la reforma pero, aún más grave, acusa a la colectividad de hacer una especie de “plan tortuga” porque quiere exigir cargos en el Estado. “Yo sí creo que hay otro interés político de por medio. Yo creo que el Partido Liberal quiere entrar al gobierno y, por lo tanto, seguramente querrán mi cargo, me querrán debilitar con eso”, dijo la ministra en diálogo con La W.
Al ser indagado por tales señalamientos, el representante Chacón dijo que él no es el culpable de que Borrero “se sienta fracasada en su ejercicio” y que su rol no es el de defender el cargo de la ministra sino, según sus palabras, hacer un debate serio alrededor de la reforma a la justicia. “Yo no sé cuál es el desespero de la ministra. Voy a durar el mismo tiempo que duró el presidente (del Senado) Ernesto Macías desde su radicación en la Secretaría General hasta la Comisión Primera, con la diferencia de que yo hice un foro serio”, dijo Chacón en el citado medio de comunicación.
(Lea: Gobierno presenta este jueves el proyecto de reforma a la justicia)
El congresista liberal se refiere a un debate que fue convocado la tarde del jueves y que, entre otras cosas, fue otro de los motivos de enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso. Voces del gobierno e, incluso, miembros del Centro Democrático señalaron a Chacón de haber convocado al foro para evitar darle celeridad a la reforma a la justicia, la cual no puede ser discutida en sesiones extras. “Yo no tengo, ni tampoco el partido, la culpa de que hayan cometido algunos errores en su trámite y no sentarse a concertar con seriedad”, dijo el presidente de la Cámara.
Responde el presidente del Congreso
Al choque entre Chacón y Borrero se sumó el presidente del Congreso, Ernesto Macías, a raíz de las afirmaciones del militante liberal quien reiteró que se tomará el mismo tiempo que se tomó el Senado para darle trámite a la reforma. En una carta dirigida a Chacón, el senador Macías precisó los tiempos en los que se le había dado discusión y aprobación a la reforma a la justicia y manifestó sus dudas frente al hecho de que Chacón hubiese solicitado las actas de plenaria del mencionado Acto Legislativo para proceder a darle trámite en la Cámara.
“El día 22 de noviembre de 2018, inusualmente ustedes solicitaron a la Secretaría General del Senado las actas de plenaria del Acto Legislativo en mención. Llama la atención que de los 55 proyectos de ley o actos legislativos enviados por el Senado a la Cámara de Representantes en la actual legislatura, únicamente para este proyecto de reforma a la justicia han requerido las actas”, afirma Macías en la misiva. En el mismo sentido, advierte que es falso que ha ya habido dilación o demora alguna “como usted lo ha manifestado” en el trámite de la reforma a la justicia.
Así las cosas, las cuentas para lograr la aprobación de dicho proyecto en la Cámara de Representantes no cuadran. Principalmente, porque la bancada mayoritaria en la corporación es de la colectividad roja que, pese a haber acompañado la elección del presidente Iván Duque en segunda vuelta, se declaró independiente y no está obligada a acompañar los proyectos del gobierno. La propia ministra dijo que no cuenta con los votos liberales y aunque ella misma prometió renunciar si se hundía la reforma, este viernes aclaró en el medio radial: “Yo lo único que sé es que mi pase lo tiene el presidente Duque y yo estoy hasta el momento que él quiera”.