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Recién termina la temporada de vacaciones de fin y comienzo de año, y se inicia un calendario político que estará marcado por el debate electoral de las regionales de octubre, en las que se elegirán autoridades en los 1.102 municipios del país y las 32 gobernaciones. Esta vez no será una elección más. El pulso territorial se dará luego de un Acuerdo de Paz con las Farc y en medio de una ardua discusión pública que incluso ha servido para disminuir las cifras de abstención en las urnas. De otro lado, la fotografía muestra un Centro Democrático con presidente propio y a unos partidos que no participan del Gobierno central y que deberán concentrar todas sus energías en apostar por el poder regional. Muchos ingredientes que auguran una lucha a fondo.
Además, las elecciones que se realizarán el domingo 27 de octubre se verán atravesadas por una reforma política que, en principio, se la jugará por las listas cerradas y la paridad de género, obligando a los partidos a crear mecanismos de democracia interna robustos para elegir a sus candidatos. A la iniciativa le esperan cuatro debates, entre marzo y julio, de los cuales dependen las reglas del juego para los comicios municipales y departamentales. Esta realidad tiene inquieta a la clase política tradicional, acostumbrada a las prácticas clásicas para ganar, donde los llamados “caciques” cumplen un papel determinante. Asimismo, en los primeros meses del gobierno Duque se ha evidenciado una pronunciada fisura entre el Ejecutivo y los congresistas que, a fin de cuentas, son los protagonistas en esta cita electoral.
(Este fue el editorial de El Espectador sobre la reforma política)
Y aunque está muy temprano para hacer pronósticos o develar las estrategias de campaña, es tan importante la convocatoria a las urnas de este año, que el mundo político ya está en sintonía de cómo intentar conseguir ese poder regional. Dirigentes de todos los partidos consultados por El Espectador coincidieron en que el factor determinante serán las alianzas. La fecha límite de la Registraduría para solicitar la convocatoria a consultas partidistas es el 26 de febrero. La tendencia de las últimas dos elecciones es la evidencia de que en el ámbito local y departamental ganan más las coaliciones que los partidos, y en las últimas dos elecciones (2011 y 2015) ha habido un sustancial crecimiento del número de gobernaciones y alcaldías ganadas bajo esta modalidad. En 2011, por ejemplo, solo cuatro gobernaciones de las 32 fueron obtenidas en coalición, mientras que para 2015 las alianzas ganaron 18. Una realidad que enfrentará cada colectividad en su forma y según la región.
El Centro Democrático, que se estrenó en las locales y regionales en 2015, alcanzó 55 alcaldías, tres de ellas en ciudades capitales: Leticia (Amazonas), Puerto Carreño (Vichada) y Florencia (Caquetá). Y ganó únicamente la Gobernación de Casanare. Sin embargo, la apuesta del uribismo para los comicios de octubre será reivindicar el triunfo de las presidenciales del año pasado, con la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño. El reto es, sin duda, consolidar una colectividad más allá de la figura del expresidente Álvaro Uribe, jefe natural del partido y quien fue el que jalonó la elección de sus 51 congresistas y del mismo Duque.
Por eso, el ahora partido de Gobierno ya arrancó con la campaña. Primero anunció que quiere pelear la Alcaldía de Bogotá, una plaza que le ha sido históricamente adversa al uribismo, apostándoles a tres precandidatos que se pelearán el puesto para competir por el segundo cargo más importante del país: Samuel Hoyos, quien acaba de renunciar a su curul en la Cámara de Representantes; Ángela Garzón, concejal uribista e hija del exvicepresidente y recién delegado embajador de Colombia en Costa Rica, Angelino Garzón, y Diego Molano, también cabildante distrital del Centro Democrático y exfuncionario del gobierno Santos.
El Partido Conservador, que forma parte de la coalición de gobierno, también tiene una cita con la historia, pues a pesar de ser una de las más antiguas colectividades, a nivel regional son muy pocos sus logros electorales. En los pasados comicios consiguió una gobernación y 155 alcaldías. En las parlamentarias del año pasado mejoró sus resultados logrando 13 senadores y 21 representantes a la Cámara. En este escenario, el próximo miércoles tendrá reunión de su Directorio Nacional y el primer punto a discutir son, precisamente, las elecciones a 2019. “En la región Caribe vamos a centrar una fuerte estrategia para doblar nuestra participación”, dijo el senador Efraín Cepeda, quien anticipó que se está trabajando en la conformación de los directorios regionales para la entrega de avales a los candidatos “azules”.
Cepeda también anunció que los congresistas asumirán un rol principal en sus regiones y anticipó que, de cara a la discusión de la reforma política, no comparte que las listas cerradas se apliquen en los comicios de octubre. Además, se perfilan alianzas con el uribismo en zonas como Antioquia, en donde ya se han barajado nombres como el de Mauricio Tobón a la Gobernación y Juan Carlos Vélez a la Alcaldía de Medellín. “Hay muy buena empatía con ellos. Hemos tenido conversaciones formales con el Centro Democrático, a través del mismo expresidente Uribe, para definir candidatos conjuntos”, agregó el parlamentario Juan Diego Gómez.
En el Partido de la U, también declarado de gobierno, el principal asunto a resolver en este momento tiene que ver con su división interna. Por eso ya tienen cita para la última semana de enero, cuando se tendrán que sentar a limar las asperezas entre el uribismo y el santismo, situación que tiene que quedar resuelta antes de la reunión con el presidente Duque, la primera semana de febrero. Para su presidente, el exministro Aurelio Iragorri, estas serán unas elecciones de gran importancia histórica, ya que el principio de la representación política se acabó, de manera que el poder queda reducido a lo que los partidos logren hacer en el interior del Congreso y en las elecciones regionales.
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“Hoy un parlamentario no puede ir a tramitar inversiones en los ministerios porque, o no lo reciben o lo señalan de estar pidiendo burocracia. La única manera de sobrevivir, que significa responder a sus electores, es refugiarse en estas elecciones de 2019. En política los errores se pagan en las urnas, con votos, y el partido no puede caer en el error de estar en una actitud pasiva cuando se presenta una situación en la que los niveles de popularidad de este gobierno son tan bajos. Y hay que retomar las ideas por las que nació este partido”, dijo Iragorri. De hecho, en 2015 consiguió dos gobernaciones con candidatos propios y ganó en 182 municipios, convirtiéndose en el partido que más alcanzó poder local.
Desde la orilla de los independientes, el Partido Liberal, que en las elecciones regionales pasadas obtuvo cuatro gobernaciones y 157 alcaldías, también está obligado a resolver una tensión interna que hace unos meses fracturó la colectividad y derivó en la renuncia de importantes dirigentes “rojos”, como Juan Fernando Cristo, Guillermo Rivera y Juan Manuel Galán. Al respecto, el senador Luis Fernando Velasco fue tajante en que en este primer semestre el partido tiene que convocar un Congreso para trazar su estrategia de campaña y, por ende, la manera en la que entregará los avales a los candidatos. “Va a haber un debate fuerte entre el pragmatismo de César Gaviria de elegir personas no muy comprometidas con el partido con tal de dar resultados, y otros que pensamos que quienes lleven las banderas sean verdaderos liberales. Cada región tiene su lógica y no creo que vaya a haber una directriz general sobre las alianzas”, explicó el congresista.
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Hasta el momento, según el senador Mauricio Gómez Amín, la colectividad ha recibido más de 5.000 hojas de vida de aspirantes a recibir avales y aunque no se han abierto inscripciones, ya se hacen proyecciones de que se recibirán aproximadamente 14.000 hojas de vida y que se disputarán, al menos, 300 alcaldías. “El tema va a ser muy revisado, porque nos van a poner de corresponsables. El expresidente Gaviria nos ha dicho que aquí todo el mundo tiene responsabilidad y que vamos a responder, porque esta elección viene con una ley de responsabilidad del partido por los avales, y eso nos tiene muy pendientes de las locales”, explicó el representante a la Cámara Carlos Ardila.
En Cambio Radical, cuyos resultados en 2015 le dejaron cinco gobernaciones y 133 alcaldías, el ambiente es de una profunda reforma interna. En parte, por el resultado en las elecciones presidenciales en las que su candidato y jefe natural, Germán Vargas Lleras, logró apenas el 1’407.000 votos, y en parte porque la manera como entregó los avales fue motivo de álgidas controversias públicas. “No es lógico que, después de haber tenido diferencias y cuestionamientos, no se cambien los procedimientos de elecciones”, dijo el senador Germán Varón. Además, agregó que la estrategia es, en principio, hacer coaliciones con colectividades con quienes se tenga identidad. En este sentido, el senador Temístocles Ortega afirmó que las alianzas dependerán de las particularidades regionales y que se enfocarán en las zonas en donde ya el partido tiene representación política: la Costa Atlántica, el suroccidente del país y los Santanderes.
Finalmente, los partidos de oposición están enfocados en llegar unidos a disputar el poder regional. El punto de partida es la Coalición Colombia que impulsó la candidatura presidencial de Sergio Fajardo, la cual dejó más de 4’500.000 de votos a partir de la alianza entre Compromiso Ciudadano, el Polo Democrático y la Alianza Verde. Y aunque todavía es temprano y por parte del Compromiso Ciudadano, según contó Fajardo, hay movimiento en torno a candidaturas en varias ciudades del país, el panorama estará bastante claro solo entre febrero y marzo. “Todavía no hay decisiones de alianzas”, dijo el excandidato presidencial.
Frente a las coaliciones, el senador de la Alianza Verde Iván Marulanda coincidió en que en las elecciones de octubre, por obedecer a realidades y dinámicas locales, es imposible imponer una matriz nacional. Iván Cepeda, senador del Polo Democrático, considera que si bien ha habido diálogos con partidos afines, también se deben abrir las puertas a movimientos ciudadanos y fuerzas nuevas, como lo es el proyecto político que lideran los exministros Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, que forman parte de los liberales disidentes. Cepeda asegura que, teniendo en cuenta los resultados de las presidenciales, si hay alianzas, también hay opción de poder en más de 400 municipios del país.
Así las cosas, las elecciones regionales empiezan a calentar motores y en sus primeras de cambio es evidente que el papel de las coaliciones definirá gran parte del mapa político-electoral. Igualmente, las particularidades regionales definirán el rumbo de estas alianzas, pero muy probablemente la tendencia será la que permitió el Estatuto de Oposición: la coalición de gobierno; una alianza entre independientes y la unidad de la oposición. Pero, por ahora, el primer paso de la campaña será el de sanar las disputas en el interior de las mismas colectividades.