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En Alemania, las elecciones legislativas indican que el país se está transformando. Los grandes perdedores fueron los partidos conservadores, los social demócratas pasarán a ser oposición, los liberales regresaron al poder, los Verdes se mantuvieron y los populistas de extrema derecha emergieron como la tercera fuerza.
El resultado evidencia un cambio en el espectro político parlamentario y la gran coalición llega a su fin. Si bien el partido de la canciller alemana Ángela Merkel, venció las elecciones, el partido ultra derechista AfD, se convirtió en un reto político, pues esto no ocurría desde 1945.
Con un parlamento fragmentado, pareciera ser que Alemania tendrá tiempos difíciles a pesar de la permanencia de Merkel. Sin embargo, después de la divulgación de los resultados, la Canciller firme y segura afirmó que: "Hemos logrado nuestro objetivo. Somos la primera fuerza política y tenemos el cometido de formar Gobierno. Ningún partido puede gobernar contra nosotros".
Alternativa para Alemania -AfD-, obtuvo 13% de los votos y contarán con más de 85 diputados en el parlamento. Este partido tiene una plataforma política antiinmigrante y antiIslam. Cuando la Afd surgió en el escenario político, su discurso era contra el Euro y el rescate de Grecia.
No obstante ha radicalizado sus planteamientos. AfD acusa la canciller por traición, sobre todo por recibir en 2015 miles de refugiados. Considera que a partir de ahí, Alemania se tornó “un paraíso para criminosos e terroristas de todo el mundo”. Su campaña contó con agresivos afiches: “No Nos gusta la Burka, sino los bikinis, una familia necesita un padre y una madre”.
Luego después de la divulgación de los resultados, en las calles hubo protestas en contra de su victoria. Sin embargo, 1 de cada 8 votantes concedió su voto a esta agrupación política.
Ante el complicado resultado de los social demócratas, la estrategia de Merkel será establecer un pacto político con los Verdes y el Partido Liberal, ya bautizado Alianza Jamaica, por la semejanza que sus colores tienen con la bandera de este país.
Seguramente, la llegada de la AfD al Parlamento debilita el poder de Ángela Merkel y traerá nuevamente a la realidad legislativa de Alemania el debate, ya que anteriormente debido a la gran coalición Merkel gobernó prácticamente sin oposición. Muchos miembros de su partido la responsabilizan por el peor resultado de la Unión Conservadora desde 1949, sobre todo por su política para refugiados.
Es bueno recordar que muchos de sus pares en la Unión Europea reclaman de tomas de decisiones sin una consulta previa y que Merkel es persona no grata para algunos países del sur de Europa.
Con todo, algunos analistas afirman que si Alemania estuviera en tiempos normales, lo más sensato sería la renuncia de Merkel, pero no son tiempos normales ni en Alemania ni en el mundo.
Es bien verdad que con la SPD en la oposición, el nivel de concertación del gobierno con el parlamento cambiará, pero tenerla en la oposición impedirá que la AfD sea la primera fuerza opositora y en cierta medida neutralizará el discurso populista de la extrema derecha.
Sin duda, la nueva correlación de fuerzas obligará a Ángela Merkel y a los otros partidos a reinterpretar las reales preocupaciones de los ciudadanos alemanes.
Ojalá estas fuerzas emergentes conlleven a una reflexión política no solo en Alemania, sino también en toda Europa con el objetivo de equilibrar la Europa del Capital con La Europa Social.
*Profesora Universidad Externado de Colombia