Valorizando más la tierrita

Yohir Akerman
08 de abril de 2018 - 02:30 a. m.

El 30 de diciembre de 2015, un día antes de terminar su mandato, el secretario de Planeación de Rionegro, Jorge Alberto Urrea Mejía, hizo una maratón de aprobaciones de licencias para construcción de viviendas en ese municipio.

Según lo informó el diario El Colombiano, solo en diciembre de 2015, esa oficina tramitó 383 licencias superando, de lejos, las 261 anuales que en promedio se tramitaban antes de la administración del entonces alcalde de Rionegro, Hernán Ospina Cardona, y particularmente de su secretario de Planeación, el señor Urrea Mejía.

De acuerdo con las cifras oficiales, antes de iniciarse el mandato de Ospina Cardona se aprobaban menos de 300 licencias en un año, pero con la llegada de esa administración, y del señor Urrea Mejía en el control de esa tarea, en el 2012 el número saltó a 723 y siguió creciendo hasta cerrar el 2015 en 906 licencias aprobadas para viviendas. (Ver Licencias).

Una que otra casita de recreo.

Por estos hechos no asombra que en la Personería de Rionegro reposen más de 40 quejas contra el señor Urrea Mejía por su trabajo como secretario de Planeación y por presuntas conductas relacionadas con el incumplimiento de los deberes, la extralimitación de funciones y el abuso de poder. (Ver Quejas).

Grave.

Ni tampoco sorprende un video que se publicó de este colorido funcionario el 16 de mayo de 2015 en donde se ve al señor Urrea Mejía, muy tieso y muy majo, aprovechando su cargo para protagonizar un típico caso de “¿usted no sabe quién soy yo?”.

En la grabación se ve al cuestionado funcionario manejando su camioneta y subiéndose a un andén para evadir el tráfico, estacionando su carro en la acera y, cuando es abordado por un agente de tránsito por su actuación, el señor Urrea Mejía le deja saber su rango para que no le apliquen una infracción y, por el contrario, solicitar que le detengan el tráfico para que retome la vía sin problemas. (Ver Violación del espacio público).

Una maravilla de funcionario público.

Pues bien, una de esas licencias aprobadas el 30 de diciembre, horas antes de que el señor Urrea Mejía dejara su oficina con un grave olor a corrupción, es en favor de, nada más y nada menos, el actual gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez.

La resolución número 1270 de la Alcaldía de Rionegro le otorga al señor Juan Esteban Valencia Piedrahíta, propietario y apoderado del señor Luis Emilio Pérez Gutiérrez; sus hermanos, Alberto de Jesús, Darío de Jesús y Mario de Jesús Pérez Gutiérrez, y sus socios, el permiso para parcelar los predios con matrículas inmobiliarias 020-017051, 020-015782, 020-023911 y 020-014968.

Pero ¿qué comen que adivinan?

Efectivamente esas matrículas inmobiliarias otorgadas por el señor Urrea Mejía corresponden a una parte de la famosa hacienda Torrealta, que se verá beneficiada con la doble calzada de la APP Las Palmas-Alto Carrizales-El Tablazo.

La tierra de Pérez Gutiérrez es colindante con la finca del señor expresidente Álvaro Uribe Vélez y, pese a que estos han sido históricos contradictores en elecciones en Antioquia, hace dos semanas se les vio caminando muy amigables en la finca de El Ubérrimo hablando de caballos. (Ver Video).

Dios los hace y ellos se juntan.

Pero volvamos al señor Urrea Mejía ya que, por medio de la resolución firmada por él en el último minuto de su administración, le entregó la potestad al señor Pérez Gutiérrez, y a los otros propietarios de las tierras de Torrealta, de sacar 120 lotes, con áreas desde 3.000 metros cuadrados en un sector que no estaba comprendido dentro de los polígonos de parcelación por el POT de ese momento. (Ver Resolución 1270).

Una suertudo el señor Pérez Gutiérrez.

En mi columna anterior, sobre la misma tierra, se estableció que el gobernador y sus hermanos son los mayores accionistas del total de esa propiedad de más de 400 cuadras, valorizada en unos 90.000 millones de pesos. (Ver Valorizando la tierrita).

Esa cifra era antes, claro está, de la empujadita que le va a dar la doble calzada y la posibilidad de parcelar parte de la tierra en lotes para hacer una urbanización.

También en esa columna se determinó que, pese a que los Pérez Gutiérrez son los mayores accionistas de las tierras, de acuerdo con un documento del 5 de marzo de 2015 de la Corporación Autónoma Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare), los propietarios menores de Torrealta recibieron una multa ambiental por la tala de árboles en diez hectáreas de la propiedad, mientras que el señor Pérez Gutiérrez se salvó con el argumento de que él no estaba a cargo de la finca y tenía muchas otras ocupaciones en Medellín.

Pues bien, Cornare volvió a favorecer al señor Pérez Gutiérrez a finales de 2015. En el POT de 2011, aún vigente, se determinó que esa zona donde queda ubicada la hacienda Torrealta es de Regulación Hídrica con una densidad de una vivienda por cada 30.000 metros cuadrados. (Ver Cartografía).

En ese entonces, Cornare consideraba que esta área era de gran importancia hídrica para el municipio de Rionegro y la región, pero esa opinión cambió, curiosamente, favoreciendo al gobernador, cuando conceptuaron que el desarrollo de una parcelación de vivienda campestre en este sector no tendría impacto negativo sobre la cuenca hídrica. (Ver Planos rezonificación de uso de suelo).

La verdad es que en el mundo de los negocios el gobernador Luis Pérez Gutiérrez ha corrido con demasiada suerte. Tanta que uno no entiende por qué se ha dedicado al sector público. ¿O sí?

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

 

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