¿A qué jugarán los cristianos en las regionales?
El MIRA y Colombia Justa Libres tendrán, en las elecciones de octubre, el reto de consolidar el papel que han desempeñado en los últimos dos procesos electorales. Atraídos por su influencia, algunos partidos tradicionales han fichado a fuertes candidatos religiosos en las regiones.
Germán Gómez Polo y Laura Angélica Ospina / @TresEnMil - @LaurisOspina
Uno de los más precisos acercamientos al poder electoral de los cristianos en el país pudo haber sido el plebiscito por la refrendación del Acuerdo de Paz, que se votó el 2 de octubre de 2016. Aunque hubo varios factores que influyeron en la votación, por supuesto, difícilmente demostrables, diversos analistas subrayaron que el voto que se promovió desde los movimientos cristianos en el país, incluso, desde la misma Iglesia católica, pudo ser determinante para el que el No se impusiera sobre el Sí, así hubiese sido por una mínima diferencia. Tres años después, las cifras muestran que los movimientos políticos cristianos se han consolidado. En el Congreso de la República, el MIRA, con más de un millón de votos, sacó tres senadores y un representante a la Cámara. Por su parte, Colombia Justa Libres, partido en el que confluyen dos movimientos cristianos, logró el mismo número de curules en el Legislativo.
En la campaña a las regionales, la influencia de la fe está más que presente y ese factor ha llevado a que los candidatos cristianos sean apetecidos por los partidos políticos más tradicionales, incluso, por algunos que distan, en la teoría, de sus bases ideológicas. Todo por el poder. En Bogotá, la primera disputa fue entre el Partido Liberal, de César Gaviria, y Cambio Radical, de Germán Vargas Lleras. La manzana de la discordia fue Sara Castellanos —quien pertenecía al partido del exvicepresidente y es hija de los pastores César Castellanos y Claudia Rodríguez, senadora por Cambio Radical—, luego de que los rojos la avalaran como cabeza de lista al Concejo de Bogotá. La pelea llegó a tal grado que desde Cambio Radical hubo amenazas de no aceptar la renuncia de Castellanos para inhabilitarla.
Le puede interesar: La gran apuesta electoral de los partidos indígenas
El aval a otra cristiana en Santander también fue la razón por la que los liberales se dividieron en ese departamento. A pesar de sus radicales y discriminatorias posturas sobre la diversidad sexual y el aborto, y de haber promovido el No en el plebiscito blandiendo la espalda del gaseoso término de la “ideología de género”, el Partido Liberal le dio el apoyo a la exdiputada Ángela Hernández para la Gobernación de ese departamento. Senadores como Jaime Durán y Horacio José Serpa Moncada y otros políticos rojos enviaron una carta a Gaviria en la que expresaban su inconformidad con la decisión. “Hernández se ha caracterizado por su fanatismo religioso, contrariando la libertad de cultos protegida por la Constitución. Sus expresiones rechazan el libre desarrollo de la personalidad”, decía la misiva.
Así las cosas, los cristianos podrían volver a jugar un papel importante en las regionales. Por los lados del MIRA, la colectividad entregó, según las cifras de la Registraduría, 1.652 avales y apoya, en coalición, a por lo menos 1.841 candidatos en todo el país. Sus candidatos están concentrados en Valle del Cauca (283), Bogotá (133), Cundinamarca (123), Risaralda (114), Quindío (110), Tolima (106), Cauca (98), Huila (83) y Caquetá (74). Sin embargo, el partido cristiano no presentó candidato propio a ninguna Alcaldía ni Gobernación en el país. Por otra parte, según el informe de inhabilitados por la Procuraduría General de la Nación, el MIRA no tiene inhabilitados propiamente, pero sí hay candidatos con inconvenientes en algunas listas que se presentaron en coalición con el Partido Conservador (5), con Colombia Justa Libres (2), con el partido AICO (1) o con el Centro Democrático (1).
El senador Carlos Eduardo Guevara, presidente del MIRA, hace una claridad sobre ese asunto. “La reglamentación es clara. En el caso de las coaliciones, cada partido hace la revisión, define a los candidatos y responde por quienes postuló. Nosotros respondemos por los candidatos que el MIRA inscribió. El proceso de selección del MIRA duró ocho meses y fue muy riguroso”, comenta el congresista. Sobre el interés que algunos partidos tradicionales han mostrado por fichas cristianas en algunas regiones país, Guevara anota: “En el caso del MIRA, las candidaturas obedecen a una militancia y a una formación política. Por eso, invitamos a esos candidatos que opten por nuestro partido en un futuro para lograr esos cargos de representación”. Dos candidatos apoyados por el MIRA, en coalición con otros partidos, están en el informe de cuestionados de la fundación Paz y Reconciliación: Ariel Palacios, aspirante a la Gobernación del Chocó, quien ha sido investigado por paramilitarismo, y Julián Rojas Monsalve, aspirante a la Alcaldía de Buga, quien tiene una investigación disciplinaria en la Procuraduría por presuntas irregularidades en la ejecución del Plan de Alimentación Escolar (PAE) en ese municipio. Sobre esta información, Guevara precisó que todavía desde el MIRA no se ha tomado una decisión sobre a quién apoyar a la Gobernación del Chocó.
Colombia Justa Libres
Del otro lado está el partido Colombia Justa Libres que, pese a ser bastante joven, es una fuerza política cuyas aspiraciones para ganar las elecciones regionales de este año no son nada insignificantes. Nació en un momento de alta polarización en el país, tras los resultados del plebiscito de 2016. Los movimientos religiosos Colombia Justa, del Valle, y Libres, de Bogotá, se unieron en 2017 para tener incidencia política y trabajar por “la moralidad cristiana, la familia, la justicia, la honestidad, la excelencia y la verdad”, dice la colectividad. Tan solo en ese año ya reunían el 70 % del liderazgo cristiano nacional y, luego, en los comicios al Congreso, consolidaron con 545.000 votos una representación en el Capitolio de cuatro congresistas: John Milton Rodríguez, Eduardo Pacheco y Édgar Palacio, en el Senado, y Carlos Eduardo Acosta en la Cámara. En la carrera por la Presidencia adhirieron a la campaña del hoy presidente Iván Duque, un apoyo al uribismo que se ha mantenido constante durante la incursión del partido en el Legislativo.
Lea también: Renace el santismo en un partido afro
Ahora, en la búsqueda de los poderes locales de este año, el partido espera triplicar los votos que recibió en las elecciones de 2018. Con 3.795 avales únicos entregados y 55 en coalición, Colombia Justa Libres busca 1’500.000 de votos, como mínimo. Según datos de la Registraduría, la colectividad entregó 201 avales a alcaldías, 16 a gobernaciones, 227 a asambleas departamentales, 2.747 a concejos municipales y 604 a juntas de acción comunales. De todos los cargos públicos que se disputarán el 27 de octubre, sus principales apuestas están en las alcaldías de Cartagena y Bucaramanga, ciudades en las que apoyan a los candidatos William García Tirado y Jaime Andrés Beltrán, respectivamente. A ambas aspiraciones, los postulados son candidatos únicos del partido cristiano. En cuanto a gobernaciones, la bancada considera que sus opciones más fuertes para ganar están en Santander (donde apoyan a Ángela Hernández, en coalición con el Partido de la U, Conservador, Liberal, MIRA y Centro Democrático) y la de Cesar (con el candidato Kaleth Villalobos, quien también cuenta con aval de partidos como la Alianza Verde, MAIS y Conservador).
Sumados a los del MIRA, los votos cristianos son desde hace mucho una fracción importante en la disputa política; por eso los otros partidos buscan, al menos en las regiones, formar coalición y atraer sus votos. No obstante, para Colombia Justa Libres, llegar en conjunto con las otras colectividades será la última opción. “El 99,1 % de nuestras candidaturas regionales son propias, sin coaval. Cuando no hay pureza partidista se dan una cantidad de acuerdos y arreglos donde se abre el boquete para la corrupción. Como en el Congreso, nuestras listas a concejos y asambleas irán cerradas este año”, aseguró el congresista John Milton Rodríguez, también copresidente del partido.
Pese a la intención que reiteró Rodríguez, Colombia Justa Libres no está exenta de aspirantes sobre los que hay dudas. Según la Procuraduría, la colectividad tiene, por ahora, 25 candidatos inhabilitados, 18 de ellos buscan llegar a los concejos. Paz y Reconciliación reveló cinco candidatos cuestionados apoyados por esta colectividad. Entre ellos, está Juan Diego Muñoz, quien pretende ser gobernador del Meta, pero carga con una investigación de la Procuraduría por “irregularidades en la planeación, contratación y ejecución del PAE” en ese territorio. Sobre ellos, Rodríguez explicó que quienes tengan imputaciones en su contra tendrán que renunciar a su candidatura o “el partido impugnará su aspiración ante el Consejo Nacional Electoral”.
Nota del editor: el artículo fue actualizado con la posición del MIRA sobre que no apoya al candidato Ariel Palacios en el Chocó, como lo señala un informe sobre candidatos cuestionados de la Fundación Paz y Reconciliación.
Uno de los más precisos acercamientos al poder electoral de los cristianos en el país pudo haber sido el plebiscito por la refrendación del Acuerdo de Paz, que se votó el 2 de octubre de 2016. Aunque hubo varios factores que influyeron en la votación, por supuesto, difícilmente demostrables, diversos analistas subrayaron que el voto que se promovió desde los movimientos cristianos en el país, incluso, desde la misma Iglesia católica, pudo ser determinante para el que el No se impusiera sobre el Sí, así hubiese sido por una mínima diferencia. Tres años después, las cifras muestran que los movimientos políticos cristianos se han consolidado. En el Congreso de la República, el MIRA, con más de un millón de votos, sacó tres senadores y un representante a la Cámara. Por su parte, Colombia Justa Libres, partido en el que confluyen dos movimientos cristianos, logró el mismo número de curules en el Legislativo.
En la campaña a las regionales, la influencia de la fe está más que presente y ese factor ha llevado a que los candidatos cristianos sean apetecidos por los partidos políticos más tradicionales, incluso, por algunos que distan, en la teoría, de sus bases ideológicas. Todo por el poder. En Bogotá, la primera disputa fue entre el Partido Liberal, de César Gaviria, y Cambio Radical, de Germán Vargas Lleras. La manzana de la discordia fue Sara Castellanos —quien pertenecía al partido del exvicepresidente y es hija de los pastores César Castellanos y Claudia Rodríguez, senadora por Cambio Radical—, luego de que los rojos la avalaran como cabeza de lista al Concejo de Bogotá. La pelea llegó a tal grado que desde Cambio Radical hubo amenazas de no aceptar la renuncia de Castellanos para inhabilitarla.
Le puede interesar: La gran apuesta electoral de los partidos indígenas
El aval a otra cristiana en Santander también fue la razón por la que los liberales se dividieron en ese departamento. A pesar de sus radicales y discriminatorias posturas sobre la diversidad sexual y el aborto, y de haber promovido el No en el plebiscito blandiendo la espalda del gaseoso término de la “ideología de género”, el Partido Liberal le dio el apoyo a la exdiputada Ángela Hernández para la Gobernación de ese departamento. Senadores como Jaime Durán y Horacio José Serpa Moncada y otros políticos rojos enviaron una carta a Gaviria en la que expresaban su inconformidad con la decisión. “Hernández se ha caracterizado por su fanatismo religioso, contrariando la libertad de cultos protegida por la Constitución. Sus expresiones rechazan el libre desarrollo de la personalidad”, decía la misiva.
Así las cosas, los cristianos podrían volver a jugar un papel importante en las regionales. Por los lados del MIRA, la colectividad entregó, según las cifras de la Registraduría, 1.652 avales y apoya, en coalición, a por lo menos 1.841 candidatos en todo el país. Sus candidatos están concentrados en Valle del Cauca (283), Bogotá (133), Cundinamarca (123), Risaralda (114), Quindío (110), Tolima (106), Cauca (98), Huila (83) y Caquetá (74). Sin embargo, el partido cristiano no presentó candidato propio a ninguna Alcaldía ni Gobernación en el país. Por otra parte, según el informe de inhabilitados por la Procuraduría General de la Nación, el MIRA no tiene inhabilitados propiamente, pero sí hay candidatos con inconvenientes en algunas listas que se presentaron en coalición con el Partido Conservador (5), con Colombia Justa Libres (2), con el partido AICO (1) o con el Centro Democrático (1).
El senador Carlos Eduardo Guevara, presidente del MIRA, hace una claridad sobre ese asunto. “La reglamentación es clara. En el caso de las coaliciones, cada partido hace la revisión, define a los candidatos y responde por quienes postuló. Nosotros respondemos por los candidatos que el MIRA inscribió. El proceso de selección del MIRA duró ocho meses y fue muy riguroso”, comenta el congresista. Sobre el interés que algunos partidos tradicionales han mostrado por fichas cristianas en algunas regiones país, Guevara anota: “En el caso del MIRA, las candidaturas obedecen a una militancia y a una formación política. Por eso, invitamos a esos candidatos que opten por nuestro partido en un futuro para lograr esos cargos de representación”. Dos candidatos apoyados por el MIRA, en coalición con otros partidos, están en el informe de cuestionados de la fundación Paz y Reconciliación: Ariel Palacios, aspirante a la Gobernación del Chocó, quien ha sido investigado por paramilitarismo, y Julián Rojas Monsalve, aspirante a la Alcaldía de Buga, quien tiene una investigación disciplinaria en la Procuraduría por presuntas irregularidades en la ejecución del Plan de Alimentación Escolar (PAE) en ese municipio. Sobre esta información, Guevara precisó que todavía desde el MIRA no se ha tomado una decisión sobre a quién apoyar a la Gobernación del Chocó.
Colombia Justa Libres
Del otro lado está el partido Colombia Justa Libres que, pese a ser bastante joven, es una fuerza política cuyas aspiraciones para ganar las elecciones regionales de este año no son nada insignificantes. Nació en un momento de alta polarización en el país, tras los resultados del plebiscito de 2016. Los movimientos religiosos Colombia Justa, del Valle, y Libres, de Bogotá, se unieron en 2017 para tener incidencia política y trabajar por “la moralidad cristiana, la familia, la justicia, la honestidad, la excelencia y la verdad”, dice la colectividad. Tan solo en ese año ya reunían el 70 % del liderazgo cristiano nacional y, luego, en los comicios al Congreso, consolidaron con 545.000 votos una representación en el Capitolio de cuatro congresistas: John Milton Rodríguez, Eduardo Pacheco y Édgar Palacio, en el Senado, y Carlos Eduardo Acosta en la Cámara. En la carrera por la Presidencia adhirieron a la campaña del hoy presidente Iván Duque, un apoyo al uribismo que se ha mantenido constante durante la incursión del partido en el Legislativo.
Lea también: Renace el santismo en un partido afro
Ahora, en la búsqueda de los poderes locales de este año, el partido espera triplicar los votos que recibió en las elecciones de 2018. Con 3.795 avales únicos entregados y 55 en coalición, Colombia Justa Libres busca 1’500.000 de votos, como mínimo. Según datos de la Registraduría, la colectividad entregó 201 avales a alcaldías, 16 a gobernaciones, 227 a asambleas departamentales, 2.747 a concejos municipales y 604 a juntas de acción comunales. De todos los cargos públicos que se disputarán el 27 de octubre, sus principales apuestas están en las alcaldías de Cartagena y Bucaramanga, ciudades en las que apoyan a los candidatos William García Tirado y Jaime Andrés Beltrán, respectivamente. A ambas aspiraciones, los postulados son candidatos únicos del partido cristiano. En cuanto a gobernaciones, la bancada considera que sus opciones más fuertes para ganar están en Santander (donde apoyan a Ángela Hernández, en coalición con el Partido de la U, Conservador, Liberal, MIRA y Centro Democrático) y la de Cesar (con el candidato Kaleth Villalobos, quien también cuenta con aval de partidos como la Alianza Verde, MAIS y Conservador).
Sumados a los del MIRA, los votos cristianos son desde hace mucho una fracción importante en la disputa política; por eso los otros partidos buscan, al menos en las regiones, formar coalición y atraer sus votos. No obstante, para Colombia Justa Libres, llegar en conjunto con las otras colectividades será la última opción. “El 99,1 % de nuestras candidaturas regionales son propias, sin coaval. Cuando no hay pureza partidista se dan una cantidad de acuerdos y arreglos donde se abre el boquete para la corrupción. Como en el Congreso, nuestras listas a concejos y asambleas irán cerradas este año”, aseguró el congresista John Milton Rodríguez, también copresidente del partido.
Pese a la intención que reiteró Rodríguez, Colombia Justa Libres no está exenta de aspirantes sobre los que hay dudas. Según la Procuraduría, la colectividad tiene, por ahora, 25 candidatos inhabilitados, 18 de ellos buscan llegar a los concejos. Paz y Reconciliación reveló cinco candidatos cuestionados apoyados por esta colectividad. Entre ellos, está Juan Diego Muñoz, quien pretende ser gobernador del Meta, pero carga con una investigación de la Procuraduría por “irregularidades en la planeación, contratación y ejecución del PAE” en ese territorio. Sobre ellos, Rodríguez explicó que quienes tengan imputaciones en su contra tendrán que renunciar a su candidatura o “el partido impugnará su aspiración ante el Consejo Nacional Electoral”.
Nota del editor: el artículo fue actualizado con la posición del MIRA sobre que no apoya al candidato Ariel Palacios en el Chocó, como lo señala un informe sobre candidatos cuestionados de la Fundación Paz y Reconciliación.