Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Con alrededor del 2% de los votos depositados este domingo en las urnas, el candidato liberal, Humberto de la Calle, llegó, como el mismo lo dijo, “al final de este viaje”. Con la compañía de sus seguidores, quienes, a pesar de los áridos pronósticos, creyeron en él, en su experiencia y en su capacidad conciliadora, tras haber sido el jefe negociador en el proceso de paz con la guerrilla más antigua de Latinoamérica, las Farc, agradeció haber estado en la contienda electoral, defendiendo con convicción sus sueños de un país “más justo, más equitativo, incluyente y en paz”.
Aseguró, en su discurso, que su compromiso con la paz de Colombia “se mantiene en pie”. “La guerra nos unió durante ocho años y hoy la paz es la que nos divide. ¿Dónde quedó el fervor y la fuerza con la que llenamos más una vez las Plazas de Bolívar en todo el país? ¡Hoy más que nunca debemos movilizarnos, debemos vigilar la implementación del Acuerdo!”, expresó.
Le puede interesar: Humberto de la Calle: podemos lograrlo
"Aunque en las ciudades nos estamos rasgando las vestiduras por una guerra que vimos con el rabillo del ojo, las camas del Hospital Militar están vacías”, anotó, y, por eso, su prioridad y su bandera, aunque ya lejos de la carrera a la Presidencia, continuará siendo la paz.
Vea aquí las reacciones y el análisis de estas elecciones presidenciales:
A su vez, felicitó a Iván Duque y Gustavo Petro, los candidatos que lideran los resultados electorales e invitó a sus seguidores a “obrar según sus convicciones” a la hora de sufragar en la segunda vuelta presidencial.
Su votación representó el fracaso más grande en la historia del Partido Liberal. Y a su director, César Gaviria, los militantes le están cobrando factura. Durante el discurso de De la Calle, incluso, se hicieron evidentes los fuertes abucheos del público cuando mencionó su nombre.
Este fue su mensaje: