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El candidato del partido Liberal, Humberto de la Calle, lanzó este lunes su programa de educación, titulado “Educación para la vida”, a través del que, en caso de llegar a la Presidencia, “buscará reformar los actuales mecanismos de financiación educativos, al igual que implementar medidas estructurales con el fin de posicionar a Colombia como uno de los países más educados de la región”.
Entre sus propuestas está lo que ha denominado como una “integración completa” en todas las etapas del proceso de educación que se inicia en el Ministerio de Educación, que pasaría a llamarse “Ministerio de la Inteligencia”. “El nuevo Ministerio asumirá trabajos como la capacitación a padres para el fortalecimiento de los programas educativos y el diseño de los planes de atención a la primera infancia”, señala la campaña del candidato en un comunicado.
Desde esa entidad, se crearía una nueva infraestructura escolar de calidad y la implementación de la jornada única, cuyo fin será el de alejar a los ciudadanos jóvenes de la delincuencia. Entre los puntos principales del programa educativo de De la Calle está la redignificación del rol de los maestros, por lo que propone la implementación de programas de entrenamiento docente en el que los mejores profesores serán reconocidos monetariamente.
Otro de los asuntos gruesos que propone De la Calle es la reforma al Icetex. “Tal y como está funcionando, el Icetex es una fuente de injusticia y de ineficiencia”, dijo el candidato. En el documento de su propuesta de educación, el aspirante liberal señala que se hará una reingeniería del sistema y se convertirá en el “Banco de la Inteligencia”.
Lea aquí la propuesta completa de educación de De la Calle
“Necesitamos una entidad financiera con carácter social, de manera que garanticemos que nuestros jóvenes no dejen de ir a la universidad por falta de recursos, pero que tampoco sacrifiquen su proyecto de vida para pagar unas cuotas que los ahogan”, dice la propuesta, por lo que plantea una reforma que conlleve a darle un carácter más social a los préstamos para la educación superior. En ese sentido, lo intereses no serían capitalizables y las cuotas serán calculadas en función de la capacidad de pago y no en función de lo que se adeuda.
“Esta reforma tiene una ventaja fundamental y es que se puede implementar sin necesidad de aumentar la carga fiscal de manera importante. El sistema de crédito para la educación superior será sostenible en el tiempo. Lo que cambiará será la naturaleza de la institución, donde daremos prioridad a los estudiantes y a sus proyectos de vida sobre a los rendimientos financieros”, apunta en la propuesta.