La propuesta para que el Congreso vuelva a sesiones presenciales

Un funcionario de la Cámara de Representantes presentó un plan de salubridad pública que permitiría el regreso de los legisladores al capitolio. Entre las medidas está limitar la presencia en las sesiones de congresistas con edades superiores a los 60 años.

Redacción Política - politicaelespectador@gmail.com
29 de abril de 2020 - 06:16 p. m.
Un trabajador de la Cámara, especialista en salud y trabajo, propuso un protocolo para que el Congreso vuelva a sesionar de forma presencial.  / Archivo El Espectador
Un trabajador de la Cámara, especialista en salud y trabajo, propuso un protocolo para que el Congreso vuelva a sesionar de forma presencial. / Archivo El Espectador
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El Congreso está sesionando de forma virtual desde hace tres semanas, pero varios senadores y representantes no están a gusto con este tipo de sesiones, pues consideran que les “falta dientes”, en comparación al actuar presencial. Además, no está claro si las sesiones y sus votaciones con acordes a la constitución. Por eso, varios ya han anunciado su deseo de sesionar en el capitolio.

Sin un protocolo claro para llevar a cabo estas sesiones, no sería posible llevar a cabo estas reuniones presenciales. Sin embargo, este miércoles se conoció un protocolo de bioseguridad propuesto por Samuel Garzón Tenjo, un empleado de la Cámara de Representantes que dice ser experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.

Entre las propuestas hechas en el protocolo, presentada a las mesas directivas de ambas Cámaras, se contempla que al capitolio no asistan senadores mayores de 60 años, pues estos hacen parte del grupo de mayor riesgo frente al coronavirus. Se contempla que estos congresistas sesionen de forma virtual. En el protocolo no se contempla uso de guantes o de tapabocas, sino de una pantalla facial transparente que cubran el rostro para así evitar posibles contagios por las posibles partículas del virus que son expelidos al toser o estornudar.  

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Por otro lado, el protocolo propone que los senadores y representantes sesionen de forma 15-15. Es decir, que se sesione 15 días al mes y los otros 15 días se esté en aislamiento para así detectar posibles casos de contagio. Asimismo, los congresistas tendrían que estar concentrados en las principales ciudades del país y su desplazamiento hacia Bogotá estaría garantizado por la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

Ya en la capital, los desplazamientos hacia el capitolio estarían bajo el control de los esquemas de la Unidad Nacional de Protección de la UNP. Los escoltas de cada esquema también tendrían que cumplir una serie de medidas sanitarias y su presencia en la camioneta estaría limitada a tres personas por camioneta (dos escoltas y el congresista). En servicio no podría estar ningún escolta que tengan las comorbilidades que pongan en peligro su vida en caso de contagio.  

Dentro de las medidas sanitarias en el capitolio, se busca que en el recinto solo estén los congresistas, ningún miembro de la UTL podría estar allí y se trataría de reducir al mínimo los presentes que hagan parte de las mesas directivas. De igual manera, todos aquellos que estén en el Congreso deben practicarse las pruebas del coronavirus el primer día de sesiones presenciales y en caso de sospecha de contagio.

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Las Unidades de Trabajo Legislativo tendrían que disponer de un solo miembro para que pueda asistir de forma presencial al congresista asignado, mientras que los otros tendrían que hacer uso del teletrabajo. Asimismo, el único asignado a forma presencial no podría estar en el capitolio y tendría que estar en todo momento en las oficinas del nuevo edificio del Congreso. Solo podría entrar al capitolio a entregar un documento y tendría que salir de inmediato.

El protocolo presentado a las mesas directivas de ambas cámaras también contempla que ninguna persona ajena al Congreso pueda estar en el capitolio. Los únicos que estarían habilitados a entrar serían los funcionarios del gobierno que fueran invitados a las sesiones y estos tendrían también que cumplir un ajustado protocolo de desinfección. En caso de necesitarse intervenciones ciudadanas, estas se harían a través de medios digitales.

El concepto entregado también contempla un estricto manejo de alimentos en los que se prohíbe la venta y consumo de alimentos dentro del capitolio y se establece un estricto manejo para las bebidas de los congresistas (agua y tinto).

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Frente al manejo de medios de comunicación, la propuesta de bioseguridad contempla que todo el cubrimiento se haga de forma virtual y televisivo. Los comunicadores no tendrían permitido el acceso al Congreso y toda labor de entrevistas y demás con los senadores y representantes tendría que hacerse de forma telefónica. La proposición contempla otros elementos que incluso hacen referencia a la cancelación total de eventos en el capitolio y el protocolo del personal médico que trabaja en el Congreso.

Esta propuesta fue hecha por un empleado de la Cámara y estaría en discusión. De acuerdo con su proponente, aunque varios congresistas han pedido que se sesione de forma presencial, todavía no existe un protocolo en firme que permita el desempeño seguro de las plenarias del Congreso. Por esta razón, este se tomó el trabajo de formular el protocolo de bioseguridad y espera que sea considerado para que el poder legislativo vuelva a sesionar de forma presencial.

Por Redacción Política - politicaelespectador@gmail.com

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