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Cuando se comenzó a dibujar el panorama electoral para la primera vuelta presidencial, el escenario prometía ser atípico. La irrupción de la exguerrilla de las Farc en la política después de más de 50 años de guerra, decían algunos, modificaría de manera trascendental el ejercicio de la vida pública. Especialmente, porque quien fungió como máximo líder de la desarmada organización rebelde, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, se preparaba para lanzarse en la carrera hacia la Casa de Nariño, pese a las infinitas voces que se levantaron para protestar por este hecho. Incluso, varias maniobras legislativas intentaron frenar la participación en política de los excombatientes.
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Y este hecho, sin duda, provocó la reacción de varios sectores que, bajo la amenaza de la llegada del ‘castrochavismo’ a Colombia, prometían evitar convertir al país en otra Venezuela. Entonces, se lanzaron al agua varios aspirantes que, años atrás, habían negado su intención electoral y, otros tantos llegaron a renovar el abanico de los candidatos de cara a las elecciones que se avecinan. Entonces, las cartas se destaparon, el calendario comenzó a correr y las autoridades electorales registraron un incontable número de aspirantes que, de haber seguido en la lucha por el cargo más importante del Estado, habrían hecho inviable el proceso en las urnas, el próximo 27 de mayo.
Poco a poco, la mayoría de los que intentaron competir por la primera magistratura del Estado se bajó del bus. Eso, sin mencionar aquellos casos de los que intentaron competir como precandidatos o que ni siquiera llegaron a serlo pese a sus intenciones, como el senador liberal, Juan Manuel Galán. En el Centro Democrático, hubo varios precandidatos, como las senadoras Paloma Valencia y María del Rosario Guerra, y los exfuncionarios del gobierno Uribe, Carlos Holmes Trujillo y Rafael Nieto Loaiza.
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Lo mismo en el Partido Conservador que, al final, se quedó sin candidato único. Allí estuvieron Ubeimar Delgado y Rubén Darío Lizarralde. Y en las huestes rojas, se intentaron hacer contar en las urnas vía consulta, de manera fallida, Edinson Delgado y Viviane Morales. En total, fueron casi 50 aspirantes a la Casa de Nariño pero de ellos, a pocas semanas de las elecciones, apenas quedan seis en la carrera: Iván Duque, Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Germán Vargas Lleras , Humberto de la Calle y Jorge Antonio Trujillo.
Así comenzaron a ‘bajarse del bus’ los aspirantes a la Casa de Nariño
Los primeros gritos que se escucharon cuando se comenzaba a aproximar el proceso electoral salieron del Congreso de la República. Importantes figuras, reconocidas por su trayectoria legislativo, reivindicaron sus logros y anunciaron estar listos para dar el siguiente paso. Y así se comenzaron a perfilar figuras como las que surgieron en el Centro Democrático: Iván Duque, Paloma Valencia, María del Rosario Guerra y dos exfuncionarios con experiencia para lanzarse a la Presidencia: Carlos Holmes Trujillo y Rafael Nieto. Pero un proceso de encuestas los fue dejando por fuera en la contienda.(Lea: Ya puede consultar si es jurado de votación para las presidenciales)
A finales del año pasado, el uribismo decidió consultar con sus militantes la intención de voto de estos cinco aspirantes. Fue una batalla dura, no exenta de las complejidades y divisiones propias de la política, peleas internas y fuertes discusiones que terminaron saliendo al a luz pública. Fueron tres encuestas las que se realizaron y al final, como se sabe, resultó ganador el excongresista Iván Duque, quien lidera la intención de voto según los diferentes sondeos de las firmas encuestadoras. Los cuatro restantes han seguido haciendo campaña de su lado, las dos congresistas se reeligieron en los comicios del 11 marzo, y Nieto y Trujillo siguen marchando a todo motor para lograr que Duque gane en las urnas.
Por los lados del liberalismo, la cosa tampoco fue fácil. Desde el Congreso, los senadores Juan Manuel Galán y Viviane Morales querían medirse en las urnas, vía consulta popular, para elegir al candidato único de las huestes rojas. Pero las pujas internas, los compromisos a los que tenían que someterse los candidatos -como el manifiesto hecho a la medida para que Morales se apartara del abanico presidencial-, y las aspiraciones del exjefe negociador de paz, Humberto de la Calle y del exministro Juan Fernando Cristo hicieron aún más difícil la participación en la consulta de los dos congresistas.
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Galán, rechazando las condiciones impuestas por su partido, liderado por el expresidente César Gaviria, no quiso competir. Y la exsenadora, resistiéndose a firmar un documento que contrariaba sus principios, también se retiró. Al final, quedaron compitiendo en las urnas, como precandidatos, De la Calle y Cristo, resultando ganador el primero como candidato único del liberalismo.
La Alianza Verde también vivió su propio proceso. A través del mecanismo de encuesta, fue elegida la senadora de la Alianza Verde, Claudia López, como candidata única de esa colectividad. Su contendor, el también congresista Antonio Navarro, resultó vencido por amplia mayoría pero se perfila como candidato a la Alcaldía de Bogotá, en las elecciones regionales de 2019. Y aquí comienza, de nuevo, a surtirse un nuevo proceso que también acabó con la carrera presidencial de López.
Empezó a gestarse la idea de que era importante construir una tercería fuerte que se opusiera al candidato del uribismo pero, también, a los representantes de la izquierda como el exalcalde Gustavo Petro, con quien varios sectores tienen fuertes diferencias. Y entonces, el diálogo con el exgobernador de Antioquia y tercero en las encuestas de intención de Sergio Fajardo se consolidó. La senadora se hizo a un lado, decidió acompañar la candidatura de Fajardo y se convirtió en su fórmula vicepresidencial. Alianza a la que llegaría el también excandidato presidencial del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, proclamado como candidato único de su partido el año pasado. Ahora, el trío político se denomina Coalición Colombia.
Y luego vinieron las candidaturas avaladas por firmas o por otros movimientos políticos. Allí, se postularon: la exministra de Trabajo, Clara López; los exministros de Defensa, Juan Carlos Pinzón y Marta Lucía Ramírez; el exprocurador Alejandro Ordóñez; el exvicepresidente Germán Vargas Lleras; los exalcaldes Gustavo Petro y Carlos Caicedo; las exsenadoras Piedad Córdoba y Viviane Morales; el abogado Jaime Araújo Rentería; y otra treintena más de aspirantes sin reconocimiento político a nivel nacional. Pero a medida que se iban sellando más alianzas de cara a la primera vuelta, varios fueron renunciando a sus cargos.
Vinieron las consultas interpartidistas entre los sectores de la derecha y de la izquierda. Para el primer caso, la exministra Ramírez y el exprocurador Ordóñez afianzaron sus lazos con el uribismo y tanto ellos como Duque aceptaron medirse el 11 de marzo ante el escrutinio de los colombianos. Como se sabe, el candidato del Centro Democrático ganó con una abismal diferencia sobre los otros dos candidatos y el compromiso fue que el segundo con mayor votación se convertiría en su fórmula vicepresidencial. Ramírez se convirtió en su compañera y Ordóñez los acompaña en campaña.
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La otra consulta, la de la izquierda, prometía ser un triunfo cantado a favor de Gustavo Petro. No en vano, no se baja del segundo lugar en las encuestas de intención de voto -seguido de la fórmula Duque-Ramírez- pero su intención de participar en ella se dio más por la intención de Petro de medirse políticamente. Evidentemente, ganó pero el rol de Caicedo en su campaña no ha sido activo y, más bien, se apartó de la campaña del exalcalde.
El caso de Clara López fue distinto, pero también renunció a su aspiración luego de varios esfuerzos por unir al sector de centroizquierda para la primera vuelta. Es decir, el que representaba Fajardo, De la Calle, Robledo, López y, más a la izquierda, Petro. No se logró, pero ella decidió aceptar el ofrecimiento del exnegociador de paz para que se convirtiera en su fórmula vicepresidencial. Hoy, caminan juntos hacia la Casa de Nariño, pese a que las encuestas no los favorecen.
El exministro Pinzón también se hizo a un lado. Reivindicando sus logros como ministro de Defensa y su exitosa gestión en el exterior, sintió mayor afinidad con el exvicepresidente Germán Vargas Lleras para las elecciones. Terminó convertido en su fórmula vicepresidencial y hoy, ambos tienen hoja de vida por mostrar y varios logros que demuestran que su gestión como exfuncionarios del gobierno Santos fue efectiva. Y hubo menos en la lista de los que se querían hacer contar en las urnas.
Piedad Córdoba y Viviane Morales fueron las más recientes candidatas que renunciaron a su aspiración presidencial. Ambas alegaron falta de garantías en la contienda política, argumentaron que no se les dio el espacio para debatir sus ideas y, en particular, en los espacios televisados que abrieron los medios de comunicación para tal fin. Pero mientras Córdoba aún no decide qué campaña apoyará junto a sus seguidores, Morales decidió abrirse campo en el uribismo, acompañando a Duque. Una adhesión llena de críticas por su pasado como fiscal, cuando tuvo a su cargo casos contra exfuncionario del gobierno de Uribe. Sin embargo, su fórmula vicepresidencial, Jaime Araújo Rentería (quien había sido candidato presidencial), decidió apoyar la aspiración del exvicepresidente Vargas Lleras.
Caso aparte merece la candidatura del jefe máximo del naciente partido FARC, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, quien afrontó una candidatura polémica ante una ciudadanía aún no preparada para ver a exguerrilleros haciendo política. Le llovieron críticas, manifestaciones masivas y violentas, pero que no fueron la razón por la cual decidió retirarse de la contienda. Problemas de salud afectaron su aspiración y terminó renunciando aunque, eso sí, siguió acompañando a los 10 miembros de la exguerrilla que se posesionarán como congresistas el próximo 20 de julio y aún mantiente muy activo su rol en la implementación del Acuerdo de Paz
En total, se inscribieron 35 grupos significativos de ciudadanos que buscaban avalar la candidatura de un número igual de candidatos a la Presidencia de la República. Al final, terminaron quedando seis aspirantes (cuatro avalados por movimientos ciudadanos y dos por partidos políticos). La U y los conservadores fueron los únicos que nunca lanzaron al agua a ningún candidato y ahora están divididos entre las candidaturas de Duque y Vargas. Cambio Radical, evidentemente, siempre estuvo con el exvicepresidente y ahora lo acompaña en las tarimas. El sexto aspirante, que ni 'suena ni truena', es Jorge Antonio Trujillo, quien dice representar a las comunidades cristianas.
Así, comenzó todo este proceso electoral que tiene dos fechas aseguradas para su definición: el 27 de mayo, la primera vuelta presidencial y el 17 de junio, la segunda. El escenario es impredecible pues, aunque las encuestas parecieran mantener el orden de los favoritos, la verdadera medición se dará en las urnas.