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La ONU expresó su preocupación por el aumento de militares en las ciudades de Colombia por cuenta de la gran marcha convocada para este jueves por sindicatos, estudiantes, indígenas y opositores al gobierno de Iván Duque.
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"La Oficina ha recibido informes sobre un aumento de la presencia de miembros del Ejército en las calles en algunas ciudades de Colombia en los días previos a la manifestación", indicó el despacho local de derechos humanos del organismo internacional en un comunicado.
La oficina de Naciones Unidas además señaló "con preocupación" la expedición de "varios decretos, circulares e instructivos" que permiten a las autoridades locales declarar toques de queda y contar con apoyo militar en caso de desmanes.
La organización llamó la atención también por mensajes "de procedencia no identificada" que "estigmatizan la protesta social" y otros que "llaman al uso de la violencia" en las movilizaciones.
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Desde el fin de semana se han observado decenas de militares en calles del centro de Bogotá, por donde usualmente transitan los manifestantes, que a través de redes sociales denuncian una "militarización" para intimidar la protesta social.
"Los Estados deben limitar y condicionar al máximo el uso de las fuerzas militares para el control de disturbios internos", agregó el boletín.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, reconoció el martes un despliegue de soldados a pedido de la alcaldía capitalina.
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, sostuvo este miércoles que el Ejército "estará vigilando algunas instalaciones estratégicas y garantizando una protección adecuada a servicios públicos", mientras que unos 4.000 policías "garantizarán el normal desarrollo de la jornada".
Duque, quien tras año y medio en el poder parece debilitado, ha dicho que su gobierno garantiza la protesta pacífica pero ha alertado de una supuesta campaña basada en "mentiras" para desatar la violencia.
Con su popularidad en rojo y un paulatino descontento social, el mandatario encarará unas marchas que tienen un abanico diverso de reivindicaciones y reclamos.
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El grueso de los convocantes cuestionan las políticas económicas del gobierno, su política de seguridad enfocada en el combate del narcotráfico y su intento de modificar el pacto de paz que llevó al desarme de la exguerrilla FARC en 2016.
El llamado paro nacional ha generado una especial expectación por la convulsión social que, sin denominador común, sacude al continente en Ecuador, Chile y Bolivia.
Colombia ordenó el cierre de todas sus fronteras hasta el viernes en la madrugada para garantizar la "seguridad" y el "orden público".