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Cada tanto el aborto vuelve a la agenda pública. En octubre de 2019, el Ministerio de Salud publicó el borrador de una resolución para emitir una “regulación única para garantizar la Interrupción voluntaria del embarazo en los casos despenalizados en la Sentencia C-355 de 2006”. Lo haría en cumplimiento de la orden que en 2018 le dio la Corte Constitucional.
Ahora, el debate por el aborto se revivió en la Corte Constitucional por cuenta de dos demandas presentadas por la abogada Natalia Bernal que busca que se reconozca que la vida comienza desde la gestación. La información será vital para terminar de elaborar una ponencia que desde ya es controversial pues plantea que el aborto sea despenalizado por completo en las 12 primeras semanas de gestación. La polémica de esta semana fue por cuenta de un novio (exnovio, ahora) que demandó a su pareja por querer abortar a los siete meses de gestación. Aún no se conocen las causas por las cuales la mujer tomó esta decisión, pero Profamilia confirmó esta mañana que había garantizado el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo de la mujer.
Este tipo de casos no son ajenos a Mónica Roa, exdirectora de Womens Link Worldwide. En 2005 –y en representación de cientos de mujeres que desde hace años hacen activismo en pro del aborto– interpuso una demanda de inconstitucionalidad ante la Corte Constitucional que derivó en la sentencia C-355, que despenalizó el aborto en Colombia bajo tres causales en 2006. El Espectador habló con la abogada en su breve paso por Bogotá sobre los avances o retrocesos que podría representar una nueva sentencia de la Corte Constitucional, y la discusión sobre los abortos en estados avanzados de gestación.
¿Por qué crees que es tan difícil llegar a un consenso sobre el aborto?
Difícil pregunta. Yo creo que porque se entiende que la defensa de estos derechos es una promoción del aborto más que como la defensa de una opción. Y porque creo que hemos heredado un montón de afirmaciones que no nos hemos dedicado a explorar en detalle para entender si la manera de proteger ciertos valores –que para todos son importantes– es la mejor manera de hacerlo. Por ejemplo, las personas que están en contra del aborto dicen que es porque protegen el derecho a la vida. Pero desde hace mucho tiempo, cuando empezó a investigarse el tema con ojos feministas empezamos a ver cómo la tasa de mortalidad de mujeres por abortos inseguros era altísima. La manera de proteger la vida es permitiéndole a las mujeres tener un aborto seguro.
También hay argumentos que dicen que el aborto promueve la irresponsabilidad sexual…
Hay montones de casos que no tienen que ver con eso como los de violación sexual, riesgos para la salud de las mujeres, malformación del feto. Y en otros es posible que haya irresponsabilidad sexual pero, a ver, la maternidad no debería ser un castigo para una persona irresponsable. Me parece incluso contradictorio obligara una mujer “irresponsable” a que sea mamá. Más allá de eso, lo importante es darse cuenta de que la gran oportunidad de prestar servicios de aborto legal es que son el momento perfecto para asegurarse de que haya educación sexual completa y de calidad, que la mujer y el hombre tengan acceso a todos los anticonceptivos, que las mujeres no estén sometidas a violencia.
Ya se cumplen 13 años desde la sentencia C-355 que despenaliza el aborto en tres causales, pero parece que cada año el debate vuelve a revivir. ¿Recuerda cómo era la situación antes de ese fallo judicial?
En 2005, cuando presentamos la demanda, Colombia era uno de los pocos países en el mundo con una penalización absoluta del aborto. Mientras, el país había comenzado a reconocer los tratados internacionales de derechos humanos y ahí ya se hablaba de que la protección de la vida de las mujeres requería el acceso a abortos seguros y legales. Simplemente fue juntar las dos cosas. Incluso debería empezar la historia décadas más atrás. El primer debate de un proyecto de ley que se hizo sobre el aborto fue en 1976. Se presentaron siete proyectos de ley para despenalizar el aborto en Colobia y ninguno pasó el primer debate. Y fue por eso que en lugar de volver a intentarlo con el legislativo, decidimos acudir a la Corte Constitucional.
¿Se parecía a países que hoy penalizan el aborto en todos los casos pero también suscriben tratados internacionales de derechos humanos, como Honduras o El Salvador?
Digamos que la penalización total lo que hacía era violar todos los derechos humanos de las mujeres por ser tan extrema, por eso empezamos diciendo que, como mínimo, la Corte debe regular estas causales, que son las que hay: riesgo para la vida y salud e las mujeres, malformaciones fetales incompatibles con la vida (no es cualquier malformación) y los casos de violación. Lo que encuentras es que si está prohibido las mujeres no dejan de abortar, solo lo hacen en condiciones inseguras. Entonces esto era un problema de salud pública, de equidad de género, porque a esto nos enfrentamos los cuerpos que podemos quedar en embarazo, por más solidarios que sean los hombres su vida nunca estará en riesgo.
Y porque era un tema de justicia social, y es que a pesar de que estuviera totalmente penalizado las mujeres con recursos nunca tuvieron problemas para abortar de manera confidencial, segura, con los mejores estándares médicos y eran las mujeres en situación de más vulnerabilidad las que pagaban el precio de la penalización con su salud.
Entonces, qué habría que hacer ante abortos ilegales o inseguros, ¿encarcelar mujeres?
Pues en Colombia el aborto está tipificado como delito pero se persiguen muy pocos casos. No creo que la respuesta sea empezar a perseguirlos más, pero es ridículo pensar cómo estarían las cárceles si todas las mujeres que han abortado y todos los médicos que han practicado abortos estuvieran allá. Y estaría no cualquier mujer, sino las más pobres, las que viven en zonas alejadas, las que no tienen acceso a la información, las que no saben qué pastillas son las que se pueden usar de manera segura, las que no tienen a nadie que las acompañe a una ciudad grande donde pueda haber sitios para atenderlas. Lo que pasaba es que esas mujeres se estaban muriendo.
¿Recuerda algún caso específico?
Durante el proceso en que presenté la demanda conocí a una mujer que se murió y dejó a cuatro de sus hijas huérfanas. Se murió por que le negaron el aborto que necesitaba para salvar su vida. Conocí otro caso de una mujer que se desangró por la calle porque salió de un garaje de aborto clandestino peligroso y se desangró y se murió. Y nadie la recogía. Nunca ves a las mujeres poderosas y con dinero muriéndose por eso. Son las pobres.
Aunque haya sentencias y fallos judiciales que garantizan el derecho al aborto, parece que la gente aún no está del todo convencida de que es un derecho fundamental. El debate de hoy es el mejor ejemplo…
Hacer un cambio social de esta magnitud desde la sociedad civil es difícil, sobre todo si no tienes el poder del Estado para hacerlo ejecutivo. Ganamos la sentencia, pero no teníamos presupuesto para divulgar la sentencia, ni para hacer entrenamiento a médicos y estudiantes de medicina en las facultades, y todo este trabajo de cada cosa que tenían que pasar fue un trabajo, no era tan fácil encontrar aliados y la voluntad política no existía.
Fuimos encontrando gente chévere e íbamos avanzando. Así fue hasta 2008 cuando eligieron como Procurador a Alejandro Ordóñez. Entonces, además de que el Estado no ayuda como Estado, la persona encargada de asegurarse de que los funcionarios públicos cumplan con los derechos fundamentales se encargó de hacer exactamente lo contrario a la sentencia de la Corte y no solo en aborto: también en educación sexual, anticonceptivos, anticoncepción de emergencia, y tuvimos ocho años de Ordoñez abusando ilegalmente del poder.
¿Una nueva sentencia de la Corte evitaría estos casos?
Pues no. Es el caso del novio que demandó a su novia porque quería abortar. Son 13 años de la C-355 y decenas de fallos más pero no ha sido suficiente. En este momento está en manos de la Corte la posibilidad de eliminar todas las barreras para el aborto, y me parece una oportunidad importante porque otra vez: así como para las mujeres con recursos la penalización nunca ha sido un obstáculo, la despenalización que logramos no ha permitido quitar los obstáculos.
¿Incluso en los casos de avanzada gestación? ¿Sería mejor poner un tope a las semanas de gestación permitidas para realizar abortos?
Creo que un caso de aborto en un estado de gestación tan avanzada nunca es deseable. En general el aborto nunca es deseable, por eso siempre decimos que el aborto hay que discutirlo en un contexto donde se entienda que hace parte de una gama más amplia de derechos sexuales y reproductivos, y ami me encanta esta frase: educación sexual para elegir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal para no morir. Estamos de acuerdo en que lo ideal es educar y prevenir y no llegar a ese momento. En este país eso no se hace, por lo menos no como política de estado. Nadie desearía seguir viendo casos de abortos tan avanzados, pero el debate es cómo hacemos para evitarlo y la respuesta es remover barreras. Poner límites es que toda esta gente, estos funcionarios que no están de acuerdo y que ya están poniendo barreras para dilatar el procedimiento de las mujeres, pues si hay un límite, tiene un incentivo más para irla demorando, demorando, y que la mujer pierda su derecho.Hay una máxima que funciona muy bien para estos casos y es "un aborto se debe hacer tan pronto como sea posible y tan tarde como sea necesario". Eliminar las barreras es lo que sería lo más fácil para todos, para ellas, para el sistema de salud, para la sociedad.
Pero precisamente, la orden de la Corte para MinSalud es que regule el IVE para poder eliminar las barreras de acceso.
No es la primera vez que el Ministerio saca una reglamentación. Ya la han sacado y los mismos que están pataleando por el caso de hoy son los que han pedido que se eliminen las reglamentaciones.
¿Ve posible que despenalicen totalmente el aborto en Colombia?
No me gusta habar de despenalización total, prefiero hablar de aborto sin condiciones. Que no te estén pidiendo que pruebes que te violaron, que pases mil papeles. Solo tú vas y lo solicitas. Y eso en las primeras semanas de gestación es coherente con estándares internacionales de derechos humanos. Insisto, trabajemos para que no haya embarazos no deseados pero si llega a haberlos, y si la mujer necesita un aborto, trabajemos para atenderla durante el primer trimestre. No hay argumento constitucional que permita echar para atrás 13 años de jurisprudencia sostenida y en la misma dirección. Las tres causales no son lo máximo, son lo mínimo, con las condiciones ya aclaradas por la Corte, y la pregunta es más bien si tenemos que aprovechar esta oportunidad para avanzar. También es la primera vez que tenemos tantas mujeres en la Corte Constitucional y el voto de una sentencia histórica dependa de dos mujeres.
Eso no es garantía de mucho si tenemos en cuenta que las dos demandas que cursan en la Corte fueron interpuestas por una mujer, y que la magistrada Cristina Pardo, otra mujer, ha declarado su defensa de la vida del no nacido.
Me da tristeza pero el punto con estas decisiones es que son históricas y por primera vez tenemos mujeres en la Corte que pueden hacer la diferencia. La sentencia de 2006 se volvió un referente latinoamericano y sería difícil de entender por parte de la comunidad internacional de derechos por qué dos mujeres expertas en derecho constitucional frenan la posibilidad de una decisión tan importante, cuyas beneficiarias son principalmente las mujeres más vulnerables.