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Facebook anunció este viernes que verificará la identidad de cualquier anunciante político, como una de las medidas para evitar la intervención de gobiernos en elecciones, a través de la manipulación de los más de 2.200 millones de usuarios de la red social.
Esta semana, en entrevista con varios medios, Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Facebook, aseguró que una de las grandes preocupaciones de la empresa es trabajar para evitar intervenciones en las múltiples elecciones que se celebran este año, que van desde Colombia y México, pasando por Hungría, Venezuela y Brasil, entre varios otros países.
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La compañía también anunció que comenzará a exigir la verificación de identidad y localización de los administradores de páginas grandes de Facebook. Esto como una respuesta a las acciones de agentes rusos (con presuntos nexos con el gobierno de este país), que se hicieron pasar como ciudadanos u organizaciones norteamericanas para crear confusión y afectar los resultados de las pasadas elecciones presidenciales en EE.UU.
Zuckerberg asegura que la estrategia para trabajar sobre las elecciones tiene tres niveles: retirar los estímulos económicos de la desinformación, identificar gobiernos que quieran afectar una elección y manejar la polarización, que suele llevar a desinformación.
En el primero, se trata de no permitir que una página que busca atraer público con información falsa pueda acceder a la red de anunciantes, y al dinero de la publicidad, de Facebook. “Aquí intentamos alterar la economía de estos actores y aislarlos de los recursos de publicidad que hay en el sitio”, dijo Zuckerberg. Y añadió que “el segundo no tiene que ver tanto con el contenido, como con identificar quién está publicando piezas políticas. Los usuarios deben saber quién está detrás de las publicaciones para establecer cuáles son sus agendas”.
Es en esta vía que se inscriben los cambios anunciados este viernes. “Reconozco que en las elecciones pasadas estábamos detrás de este fenómeno. No estoy diciendo que una medida de seguridad sea perfecta y que con este arreglamos todo, pero sí estamos trabajando para estar al frente de este fenómeno y tratar de dificultar la difusión de información falsa que pueda afectar una elección. Reconozco que me equivoqué al subestimar las noticias falsas y llamarlas una locura. Este es un fenómeno que tendrá grandes implicaciones para el futuro”, admitió Zuckerberg.
Esta suerte de mea culpa llega, claro, después del escándalo de Cambridge Analytica, una firma de consultoría política que se valió de la información personal de hasta 87 millones de usuarios de Facebook para impulsar la campaña presidencial de Donald Trump.
Pero también parece ser parte de un movimiento más grande al interior de Facebook, y que arranca con el propio Zuckerberg, de reconocer que los poderes globales del servicio le imponen responsabilidades también globales. El fundador del sitio asegura que “necesitamos tener una visión más amplia de nuestra responsabilidad, que incluso va más allá de la ley”.
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Lo que dice Zuckerberg es particularmente interesante por varias razones. Por un lado, es de las primeras veces que públicamente reconoce que la red social es mucho más que un sitio en internet, que un servicio en línea: es una fuerza global, con el potencial de ser explotada para hacer el bien, pero también para poner patas arriba elecciones y debates de gran importancia en prácticamente cualquier país. Por el otro, operar en esta escala, cruzando fronteras y legislaciones, también la empuja a tener una autorregulación mucho más fuerte: la ley puede ser fuerte en unos lados y en otros no tanto, pero una comunidad en todo el planeta exige consideraciones que, a veces, superan los marcos normativos de cada Estado.
Zuckerberg también recordó que recientemente retiraron 270 cuentas que fueron creadas desde la Agencia de Desarrollo de Internet (IRA, por sus siglas en inglés), un grupo con fuertes lazos con el gobierno ruso que se ha dedicado crear ejércitos de trolls para diseminar información en todo el mundo, desde Ucrania, hasta las elecciones en Estados Unidos.