La pregunta para Mark Zuckerberg: ¿las compañías son capaces de cuidar los datos de los usuarios?
El CEO de Facebook se presentó ante los congresistas para responder por el escándalo de Cambridge Analytica, pero, en general, para responder grandes preguntas de la industria: ¿son capaces las compañías de cuidar la información de sus usuarios?, ¿se necesita más regulación gubernamental?
Santiago La Rotta.
Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Facebook, llegó este martes al Congreso de Estados Unidos para rendir testimonio por el escándalo de Cambridge Analytica, pero también para hablar de las pasadas elecciones presidenciales en este país y la forma como fluye el contenido en una plataforma con más de 2.200 millones de usuarios en todo el mundo.
Estos fueron algunos de los puntos específicos de su testimonio y sus respuestas a los 44 congresistas citados para la audiencia, cada uno con cinco minutos para preguntas. Pero más allá de los detalles y una que otra nimiedad, la aparición de Zuckerberg es una suerte de examen a profundidad de todas las plataformas en internet. Sí, en el banquillo estaba el CEO de Facebook, pero en general estaba respondiendo por cuestiones que bien aplican para el resto de internet. Como lo dijo el senador Bill Nelson durante la audiencia: “La pregunta clave que queremos responder es ¿cómo pueden los usuarios confiar que ustedes cuidan su información más personal y sensible?”.
Desde la semana pasada, Zuckerberg ha realizado una serie de pronunciamientos públicos, bien sea a través de su propia página de Facebook o en entrevistas con medios. Uno de los elementos recurrentes en su discurso, que se manifestó durante la audiencia congresional en varias ocasiones, es una suerte de cambio de perspectiva de la red social sobre ella misma: “Necesitamos tener una visión más amplia de nuestras responsabilidades”, es una de las frases más populares del ejecutivo por estos días.
Lea más sobre este tema en: Las cartas de Zuckerberg ante el congreso de EE.UU.
Zuckerberg asegura que la red social debe hacer más para asegurarse de que sus herramientas no son utilizadas para mal: cosas como manipular elecciones o impulsar limpiezas étnicas, por ejemplo. Y esta tremenda responsabilidad, a veces, incluso está por encima de la visión legal de los países en los que opera la plataforma. El CEO reconoce que su papel debe, a veces, ir incluso más allá de lo que la ley pide. Y en esto tiene razón.
De fondo, lo que hay acá es una especie de defensa de la auto regulación de las compañías de internet. Los gigantes como Facebook o Google, en esencia, han moldeado la experiencia de la red a su antojo y en el proceso quizá la mayor concesión social y global que se ha hecho es, no sólo la entrega de los datos personales de los millones de usuarios de estos servicios, sino la posibilidad de que las propias empresas pongan las reglas del juego: como se inventaron la experiencia moderna en línea, es mejor que la manejen ellos.
En la audiencia, Zuckerberg aseguró que no se opone a la regulación (una postura que quizá era fácil de anticipar), pero cree que la pregunta es qué tipo de regulación es necesaria y efectiva. Aseguró que, por ejemplo, limitar el desarrollo de tecnologías como reconocimiento facial seguro les dará más ventaja a competidores chinos, entre otros. Una nota al margen: al menos tres senadores preguntaron si la regulación sobre privacidad de la Unión Europea sería deseable, es buena o podría aplicarse.
Debajo de todo el escándalo de Cambridge Analytica, y su captación de datos de 87 millones de usuarios de Facebook para mejorar la recepción de mensajes de la campaña presidencial de Donald Trump, hay una tensión más amplia: la posibilidad de que las autoridades impongan regulaciones más extensas a las actividades de estas plataformas. Europa, por ejemplo, tiene una visión más estricta de cómo es el flujo de información entre una red social y sus anunciantes o entre varias aplicaciones de la misma compañía (Whatsapp e Instagram también son propiedad de Facebook).
El senador Richard Blumenthal fue enfático en este punto al afirmar que “todos hemos visto las giras de disculpas, pero lo que creo es que no veo cómo puede cambiar su modelo de negocios a menos de que haya mejores reglas. No tengo certezas de que estos compromisos vagos vayan a producir acciones”.
Ahora, en justicia, la plataforma sí ha estado produciendo acciones para limitar el espectro de acción de terceros en Facebook, como desarrolladores o anunciantes de contenido político. Pero, por otro lado, algunos congresistas levantaron dudas válidas sobre la efectividad real de algunas de estas medidas.
Zuckerberg ya lo ha dicho varias veces y hasta se entiende: las acciones necesarias para cerrar este tipo de brechas son una tarea compleja y no serán implementadas en unos pocos días, pues requieren grandes cambios en el ecosistema digital con más usuarios en el mundo. Pero, por el otro lado, la complejidad técnica no es el argumento de fondo.
Y quizá esto es lo que molesta a varios de los legisladores que intervinieron ayer, así como académicos y organizaciones de la sociedad civil que demandan más acciones de Facebook: que la ecuación parece estar ampliamente desbalanceada en favor de las compañías, al menos en lo que se refiere a privacidad.
Una porción significativa de las preguntas de varios congresistas se centró en entender qué datos son recolectados por Facebook y cómo los maneja. Zuckerberg insistió, una y otra vez, en que toda la información es proveída por los usuarios. Pero también, una y otra vez, los legisladores insistieron en saber qué porción de este reino de datos es recolectado para análisis con fines comerciales (el ejecutivo insistió acá en que la compañía no comparte esta información con anunciantes).
Zuckerberg admitió que no bloquear a Cambridge Analytica antes, en 2015, fue un error. En ese momento la consultora política era un anunciante en Facebook y, en esta calidad, hubiera podo ser vetada de la plataforma.
Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Facebook, llegó este martes al Congreso de Estados Unidos para rendir testimonio por el escándalo de Cambridge Analytica, pero también para hablar de las pasadas elecciones presidenciales en este país y la forma como fluye el contenido en una plataforma con más de 2.200 millones de usuarios en todo el mundo.
Estos fueron algunos de los puntos específicos de su testimonio y sus respuestas a los 44 congresistas citados para la audiencia, cada uno con cinco minutos para preguntas. Pero más allá de los detalles y una que otra nimiedad, la aparición de Zuckerberg es una suerte de examen a profundidad de todas las plataformas en internet. Sí, en el banquillo estaba el CEO de Facebook, pero en general estaba respondiendo por cuestiones que bien aplican para el resto de internet. Como lo dijo el senador Bill Nelson durante la audiencia: “La pregunta clave que queremos responder es ¿cómo pueden los usuarios confiar que ustedes cuidan su información más personal y sensible?”.
Desde la semana pasada, Zuckerberg ha realizado una serie de pronunciamientos públicos, bien sea a través de su propia página de Facebook o en entrevistas con medios. Uno de los elementos recurrentes en su discurso, que se manifestó durante la audiencia congresional en varias ocasiones, es una suerte de cambio de perspectiva de la red social sobre ella misma: “Necesitamos tener una visión más amplia de nuestras responsabilidades”, es una de las frases más populares del ejecutivo por estos días.
Lea más sobre este tema en: Las cartas de Zuckerberg ante el congreso de EE.UU.
Zuckerberg asegura que la red social debe hacer más para asegurarse de que sus herramientas no son utilizadas para mal: cosas como manipular elecciones o impulsar limpiezas étnicas, por ejemplo. Y esta tremenda responsabilidad, a veces, incluso está por encima de la visión legal de los países en los que opera la plataforma. El CEO reconoce que su papel debe, a veces, ir incluso más allá de lo que la ley pide. Y en esto tiene razón.
De fondo, lo que hay acá es una especie de defensa de la auto regulación de las compañías de internet. Los gigantes como Facebook o Google, en esencia, han moldeado la experiencia de la red a su antojo y en el proceso quizá la mayor concesión social y global que se ha hecho es, no sólo la entrega de los datos personales de los millones de usuarios de estos servicios, sino la posibilidad de que las propias empresas pongan las reglas del juego: como se inventaron la experiencia moderna en línea, es mejor que la manejen ellos.
En la audiencia, Zuckerberg aseguró que no se opone a la regulación (una postura que quizá era fácil de anticipar), pero cree que la pregunta es qué tipo de regulación es necesaria y efectiva. Aseguró que, por ejemplo, limitar el desarrollo de tecnologías como reconocimiento facial seguro les dará más ventaja a competidores chinos, entre otros. Una nota al margen: al menos tres senadores preguntaron si la regulación sobre privacidad de la Unión Europea sería deseable, es buena o podría aplicarse.
Debajo de todo el escándalo de Cambridge Analytica, y su captación de datos de 87 millones de usuarios de Facebook para mejorar la recepción de mensajes de la campaña presidencial de Donald Trump, hay una tensión más amplia: la posibilidad de que las autoridades impongan regulaciones más extensas a las actividades de estas plataformas. Europa, por ejemplo, tiene una visión más estricta de cómo es el flujo de información entre una red social y sus anunciantes o entre varias aplicaciones de la misma compañía (Whatsapp e Instagram también son propiedad de Facebook).
El senador Richard Blumenthal fue enfático en este punto al afirmar que “todos hemos visto las giras de disculpas, pero lo que creo es que no veo cómo puede cambiar su modelo de negocios a menos de que haya mejores reglas. No tengo certezas de que estos compromisos vagos vayan a producir acciones”.
Ahora, en justicia, la plataforma sí ha estado produciendo acciones para limitar el espectro de acción de terceros en Facebook, como desarrolladores o anunciantes de contenido político. Pero, por otro lado, algunos congresistas levantaron dudas válidas sobre la efectividad real de algunas de estas medidas.
Zuckerberg ya lo ha dicho varias veces y hasta se entiende: las acciones necesarias para cerrar este tipo de brechas son una tarea compleja y no serán implementadas en unos pocos días, pues requieren grandes cambios en el ecosistema digital con más usuarios en el mundo. Pero, por el otro lado, la complejidad técnica no es el argumento de fondo.
Y quizá esto es lo que molesta a varios de los legisladores que intervinieron ayer, así como académicos y organizaciones de la sociedad civil que demandan más acciones de Facebook: que la ecuación parece estar ampliamente desbalanceada en favor de las compañías, al menos en lo que se refiere a privacidad.
Una porción significativa de las preguntas de varios congresistas se centró en entender qué datos son recolectados por Facebook y cómo los maneja. Zuckerberg insistió, una y otra vez, en que toda la información es proveída por los usuarios. Pero también, una y otra vez, los legisladores insistieron en saber qué porción de este reino de datos es recolectado para análisis con fines comerciales (el ejecutivo insistió acá en que la compañía no comparte esta información con anunciantes).
Zuckerberg admitió que no bloquear a Cambridge Analytica antes, en 2015, fue un error. En ese momento la consultora política era un anunciante en Facebook y, en esta calidad, hubiera podo ser vetada de la plataforma.