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Cerca de US$20.000 millones es lo que han invertido, en lo corrido del año, empresas con presencia en Estados Unidos para conseguir datos personales que utilizan en provecho de sus propios intereses. La anterior fue la cifra que referenció The New York Times (NYT), citando a la firma Interactive Advestising Bureau, al momento de publicar una investigación en la que Facebook habría permitido que terceros tuvieran acceso a las conversaciones privadas de sus usuarios.
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Dicha revelación, sustentada en documentos y entrevistas con ex empleados de Facebook a las que el medio de comunicación estadounidense logró tener acceso, revivió en la agenda mediática el debate sobre la privacidad en el XXI y la forma en la cual las compañías tienen acceso a estos datos.
Este panorama deja ver que los datos personales se han convertido en una materia prima cuya extracción y análisis resulta llamar la atención de diversas organizaciones. Un negocio capaz de mover miles de millones de dólares.
Para el experto en seguridad informática de ESET, Camilo Gutiérrez, es importante que en medio de este contexto las personas sean conscientes sobre la información que comparten en internet. Más allá de las eventuales faltas éticas que ha tenido Facebook para distribuir la información personal de sus usuarios, está el hecho de cómo la misma persona se expone compartiendo su información personal.
Según el profesional, actualmente la humanidad transita en una era donde todo se encuentra conectado, las personas no solo generan datos en su interacción en redes sociales, lo hacen también con las búsquedas en internet, los canales que ven en sus televisores y el tiempo que pasan en su celular, entre muchos otros ejemplos.
“El usuario debe ser consciente de que no es solamente la información que se comparte en ese tipo de redes sociales, sino también la gran cantidad que constantemente está compartiendo y generando, entonces más allá de obviamente considerar cerrar o dejar de seguir una red social, está el hecho de reconocer cuáles son los datos que está proporcionando”, explicó.
¿Qué pueden hacer con mis datos personales?
El brillo en los ojos que ha despertado los datos al interior de las organizaciones tiene por lo menos dos intenciones: económicas y políticas. Lo interesante del asunto que ambas variantes pueden tener usos positivos y negativos.Solo por citar un ejemplo, en marzo del presente año Mark Zuckerberg, la cabeza detrás de Facebook, acudió a un tribunal estadounidense para explicar cómo su plataforma habría permitido que los datos de 87 millones de personas fueran utilizados por la consultora Cambridge Analytica para asesorar la campaña presidencial de Donald Trump.
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Casos menos turbios de cómo los datos personales pueden ser utilizados con intenciones políticas es el emprendimiento colombiano Cultivando Futuro, una organización tecnológica que recopila la información de miles de agricultores de todo el país para tener una mirada más objetiva de esta industria. Por ejemplo, sus bases de datos pueden indicar que un gran porcentaje de campesinos en el país carecen de sistemas de riego eficientes, dicha data podría ser utilizada por el Ministerio de Agricultura para mejorar sus inversiones en esta materia.
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Del lado económico, según lo detallado por Gutiérrez, las organizaciones utilizan los datos que generan las personas para conocerlas mejor y proponerles una oferta más acertada de productos y servicios. Si las personas, por ejemplo, comienzan a buscar ciertas tendencias musicales en internet, dicha información podría ser de utilidad a una disquera para proponer cuál sería el próximo éxito del año.
Lo desafortunado de este aspecto, según lo dicho por NYT, es que la sed de conocer mejor a sus usuarios esté llevando a que, presuntamente, terceros vulneren la privacidad de las personas al revisar sus conversaciones privadas.
Otro aspecto negativo que tiene el boom que han generado los datos son las amenazas que directamente ponen en peligro la integridad de las personas. Se han presentado casos donde, con tácticas de ingeniería social, delincuentes han logrado estafar a sus víctimas. Conociendo información como nombres, direcciones, afiliaciones a entidades bancarias, edad y demás, estos criminales pueden hacerse pasar como un banco para pedirle a su ‘cliente’ una ‘actualización de datos’, una trampa con la que consiguen quedarse con el número y clave de las tarjetas de crédito.
De otra parte, ataque a bases de información, como el presentado hace algunas semanas en contra de la cadena de hoteles Marriott, donde los datos de cerca de 500 millones de personas se vieron expuestos, son una oportunidad en la que los delincuentes pueden utilizar dicha información para comercializarla en la Dark Web.
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En suma, tecnologías que utilizan los datos como materia prima, como el Big Data y la Analytica, han demostrado tener grandes aplicaciones en beneficio de la humanidad, sin embargo, este tipo de casos que demuestran lo contrario llevan a que profesionales como Gutiérrez recomienden tener un especial cuidado con la información que se comparte en internet.