Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Felipe Tascón viste jeans, tenis y lleva un poco de barba. Tiene 32 años, habla de inclusión financiera, de democratización, de activos, de rentabilidad, de equity. Ingeniero eléctrico con posgrado en finanzas, ya pasó por el mundo corporativo: “Tuve una experiencia en Falabella: empecé dentro del área de finanzas, pasé por controller, manejé todo el plan de expansión de las tiendas y la evaluación de proyectos, terminé trabajando en la parte de business intelligence y de finanzas de la agencia de seguros. En todo ese proceso salté y empecé el proyecto de Mesfix”, relata, justo en los mismos días en que su emprendimiento fue catalogado como “el primer y único crowdfunding financiero de Colombia operando en la actualidad”.
En otras palabras, ¿cómo se puede entender todo esto? Mesfix es “una plataforma de negociación electrónica, donde conectamos empresas que necesitan financiación con personas que quieren invertir, de esa forma les generamos dinero al instante a las compañías a cambio de sus facturas, y las personas que invierten ganan una rentabilidad”, explica Felipe en entrevista con El Espectador. ¿Y en qué escenario sucede? Típicamente el escenario es una pyme que entrega unos bienes o servicios a un gran cliente, este último le paga su factura a 90 días o más, durante esos tres meses la empresa tiene que pagar arriendos, salarios y comprar materia prima para seguir operando y creciendo el negocio.
Así que “en vez de esperar esos tres meses, lo que puede hacer es coger esa factura de $100 millones y venderla hoy por $96 millones, permitimos que 96 personas se reúnan y compren esa factura por $96 millones como inversión, se esperan los 90 días y cobran los $100 millones como retorno. Mientras tanto la empresa que vendió pudo seguir operando, comprar materia prima, doblar su ciclo de ventas y crecer el negocio”.
Del especial "Vamos por más", lo invitamos a leer: “Homo ludens” y el arte de jugar
Este tipo de modelo, en donde se hacen compras de facturas, es conocido como factoring, y lo que hizo Felipe fue juntarlo con otro muy popular llamado crowdfunding, donde muchas personas se reúnen, ponen todos dinero con un objetivo común y que, en este caso, les arroja una rentabilidad. ¿Qué gana Mesfix? “Cobrar una comisión por punta y punta, a eso nos dedicamos, cobramos un fee fijo a la empresa, que puede ser un 1 % sobre el valor de la factura, y al inversionista le cobramos un spread sobre la rentabilidad. Entonces típicamente se vuelve un ‘gana gana’ para las partes”.
Y tiene razón. “Generamos financiación para las empresas que no tienen acceso con la banca tradicional, y a las personas también les generamos acceso, porque la pregunta que resolvemos acá es: ¿usted qué hace con $3 millones? Ese es un problema que tiene el 97 % de la población, y no existe nada atractivo en el mercado para ese 97 % de la población”.
La empresa ya se ha ganado más de 10 premios en siete años de vida y además de juntar dos tradicionales estructuras bajo un solo modelo, tiene algo para sumar que la hace más atractiva: “Logramos que todo esto suceda sin tocar el dinero. Permitimos que todas las transacciones ocurran desde la cuenta bancaria del inversionista a la cuenta bancaria de la empresa y desde la cuenta bancaria del pagador de la factura de vuelta a la de los inversionistas. Eso permite no asumir riesgo moral de administración de los recursos y esa es la parte disruptiva, sobre todo en un país como Colombia, que es la tercera economía más restrictiva en regulación financiera”.
Camila Salamanca, directora ejecutiva de Endeavor, la red de emprendedores de alto impacto a la que ya pertenece Felipe y su empresa, cree que “Mesfix es un fintech increíble. Ha logrado, por una parte, encontrar soluciones innovadoras para lograr financiamiento alternativo para la base empresarial de manera escalable a través de tecnologías de onboarding, a la vez que cumplen plenamente con la regulación. Por otra parte, se convirtió en un mecanismo de democratización de activos para la base poblacional que no existía antes, convirtiéndose en un referente en el mercado”.
Mesfix, como emprendimiento, ya pasó por cuatro rondas de inversión y US$3 millones levantados. Entre sus cuentas están, por ejemplo, más de 1.000 operaciones y cerca de romper los $110.000 millones en operaciones de más de 250 compañías, particularmente mipymes, con una comunidad de más de 2.500 inversionistas activos. Y van por más. De ahí que Ignacio Gaitán, presidente e iNNpulsa Colombia, advierta que “empresas como Mesfix son un ejemplo de todo lo que está sucediendo en Colombia en términos de emprendimiento. Además es líder en el sector fintech en Colombia, un sector que en la actualidad atrae las mayores inversiones y en donde se están generando los emprendimientos más exitosos en el país”.
Felipe, que no para de aventurarse a hablar del futuro de su empresa, busca que la gente en Colombia pueda invertir en tickets desde $200.000, pero espera tener “mínimos de $20.000 a corto plazo (no más de 90 o 120 días) y una alta rentabilidad (hasta un 17 % efectivo anual) pudiendo diversificar comprando muchos pedazos de varias facturas con diferentes pagadores”. Una vaca para competirles a los bancos, al sistema financiero tradicional a punta de innovación.