Trump cancela la investigación de la NASA que verifica el estado de gases efecto invernadero
Aunque el Congreso de Estados Unidos se abstuvo de recortar el presupuesto de misiones, un acuerdo de gastos firmado en marzo no mencionó al Sistema de Monitoreo de Carbono de la NASA, un programa pionero para medir las emisiones de carbono que ha sido replicado en el mundo entero. Donald Trump ha negado los efectos del cambio climático abiertamente en repetidas ocasiones.
- Redacción Vivir
Durante la última década, los instrumentos satelitales y de aviación han comenzado a monitorear el dióxido de carbono y el metano a distancia. El Sistema de Monitoreo de Carbono (CMS) de la NASA, una línea de investigación de 10 millones de dólares al año, ha ayudado a unir observaciones de fuentes y sumideros, modelos de los flujos de carbono del planeta y localización geográfica de puntos críticos.
Ahora, la administración del presidente Donald Trump silenciosamente mató al CMS, según reporta Science Magazine.
Según le dijo a esta revista la directora del Centro de Medio Ambiente y Política y Recursos (Center for International Environment and Resource Policy) de la Universidad Tufts, en Massachusetts, "La medida pone en peligro los planes para verificar los recortes nacionales de emisiones acordados en los acuerdos climáticos de París. Si no puede medir las reducciones de emisiones, no puede estar seguro de que los países se adhieren al acuerdo. Cancelar el CMS es un grave error".
Que el NASA Carbon Monitoring System (CMS) se cancele no solo afecta a Estados Unidos. Uno de los objetivos del programa es crear prototipos de desarrollo de los sistemas de Monitoreo e Información de Monitoreo de Carbono [MRV] para entregar datos transparentes y precisos "requeridos por los protocolos actuales de comercio de carbono". Estos prototipos unificados sirven a otros países para medir sus emisiones de carbono con precisión, exigir acciones concretas a empresas o localidades para la reducción de los GEI, impulsar políticas públicas, cobrar bonos de carbono, y entre otras, combatir la desinformación con respecto al cambio climático (que a la fecha, es negado por una parte de la población, incluido el jefe de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, y el mismo Donald Trump). (En contexto: Trump vuelve a burlarse del calentamiento global)
La Casa Blanca ha lanzado un amplio ataque contra la ciencia del clima, proponiendo en repetidas ocasiones recortes al presupuesto de la ciencia de la tierra de la NASA, incluido el CMS, y cancelaciones de misiones climáticas como el Observatorio Orbiting Carbon 3 (OCO-3). Aunque el Congreso se abstuvo del presupuesto y de los recortes de misiones, un acuerdo de gasto firmado en marzo no mencionó al CMS. "Eso permitió que la medida de la administración surta efecto", dice Steve Cole, vocero de la NASA en Washington, D.C. Según sus declaraciones, las subvenciones existentes podrán terminar, y no se respaldará ninguna investigación nueva.
De acuerdo con Science Magazine, muchos de los 65 proyectos respaldados por la CMS desde 2010 se centraron en la comprensión del carbono encerrado en los bosques. Por ejemplo, el Servicio Forestal de EE. UU. opera (u operaba) la principal evaluación global basada en tierra del carbono forestal. Con el financiamiento de CMS, los científicos de la NASA trabajaron con el Servicio Forestal para desarrollar un generador de imágenes láser basado en aeronaves para contar las reservas de carbono de los bosques. "Ahora han completado un inventario de carbono forestal en Alaska", dice George Hurtt, un investigador del ciclo del carbono de la Universidad de Maryland, que co-dirige el equipo científico de CMS, a la revista estadounidense. (Lea también: El cambio climático podría reducir la economía)
El programa también ha apoyado la investigación para mejorar los inventarios de carbono de los bosques tropicales. A muchas naciones en desarrollo se les ha pagado para evitar la deforestación a través de mecanismos como el programa REDD + de las Naciones Unidas, que se centra en reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques, entre ellas, Colombia, cuya tasa de deforestación se disparó en 2016, llegando a perder 178.000 hectáreas de bosque en un año (el 60% en la región de la Amazonia, la reserva de carbono más importante del planeta). El Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono que dirige el IDEAM está apoyado en la parte técnica y científica por la NASA, con programas como el CMS. (En contexto: Un dato de $500 millones)
Con la desición queda en vilo la instalación de varios satélites y observatorios de carbono que se planeaban poner en órbita a finales de año en la EStación Espacial Internacional, y el Observatorio del Ciclo de Carbono Geoestacionario, que se planeaba poner en órbita después de 2020.
Es probable que este tipo de investigación continúe, agrega la revista, pero el liderazgo pasará a Europa, que ya opera un satélite de monitoreo de carbono, sobre todo porque el programa de monitoreo de carbono termina, pero el cambio climático no.
Durante la última década, los instrumentos satelitales y de aviación han comenzado a monitorear el dióxido de carbono y el metano a distancia. El Sistema de Monitoreo de Carbono (CMS) de la NASA, una línea de investigación de 10 millones de dólares al año, ha ayudado a unir observaciones de fuentes y sumideros, modelos de los flujos de carbono del planeta y localización geográfica de puntos críticos.
Ahora, la administración del presidente Donald Trump silenciosamente mató al CMS, según reporta Science Magazine.
Según le dijo a esta revista la directora del Centro de Medio Ambiente y Política y Recursos (Center for International Environment and Resource Policy) de la Universidad Tufts, en Massachusetts, "La medida pone en peligro los planes para verificar los recortes nacionales de emisiones acordados en los acuerdos climáticos de París. Si no puede medir las reducciones de emisiones, no puede estar seguro de que los países se adhieren al acuerdo. Cancelar el CMS es un grave error".
Que el NASA Carbon Monitoring System (CMS) se cancele no solo afecta a Estados Unidos. Uno de los objetivos del programa es crear prototipos de desarrollo de los sistemas de Monitoreo e Información de Monitoreo de Carbono [MRV] para entregar datos transparentes y precisos "requeridos por los protocolos actuales de comercio de carbono". Estos prototipos unificados sirven a otros países para medir sus emisiones de carbono con precisión, exigir acciones concretas a empresas o localidades para la reducción de los GEI, impulsar políticas públicas, cobrar bonos de carbono, y entre otras, combatir la desinformación con respecto al cambio climático (que a la fecha, es negado por una parte de la población, incluido el jefe de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, y el mismo Donald Trump). (En contexto: Trump vuelve a burlarse del calentamiento global)
La Casa Blanca ha lanzado un amplio ataque contra la ciencia del clima, proponiendo en repetidas ocasiones recortes al presupuesto de la ciencia de la tierra de la NASA, incluido el CMS, y cancelaciones de misiones climáticas como el Observatorio Orbiting Carbon 3 (OCO-3). Aunque el Congreso se abstuvo del presupuesto y de los recortes de misiones, un acuerdo de gasto firmado en marzo no mencionó al CMS. "Eso permitió que la medida de la administración surta efecto", dice Steve Cole, vocero de la NASA en Washington, D.C. Según sus declaraciones, las subvenciones existentes podrán terminar, y no se respaldará ninguna investigación nueva.
De acuerdo con Science Magazine, muchos de los 65 proyectos respaldados por la CMS desde 2010 se centraron en la comprensión del carbono encerrado en los bosques. Por ejemplo, el Servicio Forestal de EE. UU. opera (u operaba) la principal evaluación global basada en tierra del carbono forestal. Con el financiamiento de CMS, los científicos de la NASA trabajaron con el Servicio Forestal para desarrollar un generador de imágenes láser basado en aeronaves para contar las reservas de carbono de los bosques. "Ahora han completado un inventario de carbono forestal en Alaska", dice George Hurtt, un investigador del ciclo del carbono de la Universidad de Maryland, que co-dirige el equipo científico de CMS, a la revista estadounidense. (Lea también: El cambio climático podría reducir la economía)
El programa también ha apoyado la investigación para mejorar los inventarios de carbono de los bosques tropicales. A muchas naciones en desarrollo se les ha pagado para evitar la deforestación a través de mecanismos como el programa REDD + de las Naciones Unidas, que se centra en reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques, entre ellas, Colombia, cuya tasa de deforestación se disparó en 2016, llegando a perder 178.000 hectáreas de bosque en un año (el 60% en la región de la Amazonia, la reserva de carbono más importante del planeta). El Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono que dirige el IDEAM está apoyado en la parte técnica y científica por la NASA, con programas como el CMS. (En contexto: Un dato de $500 millones)
Con la desición queda en vilo la instalación de varios satélites y observatorios de carbono que se planeaban poner en órbita a finales de año en la EStación Espacial Internacional, y el Observatorio del Ciclo de Carbono Geoestacionario, que se planeaba poner en órbita después de 2020.
Es probable que este tipo de investigación continúe, agrega la revista, pero el liderazgo pasará a Europa, que ya opera un satélite de monitoreo de carbono, sobre todo porque el programa de monitoreo de carbono termina, pero el cambio climático no.