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Corría el minuto 60 del partido entre Nacional y Coritiba, cuando Macnelly Torres cobró un tiro de esquina, el balón cogió un efecto endemoniado hacia el punto penal, donde estaba parado Miguel Ángel Borja sin marca alguna. El delantero, con la mirada fija en la pelota, se acomodó, dio un brinco e hizo una tijera en el aire para conectarla. Fue una pirueta esplendida que terminó convirtiéndose en un golazo. Una anotación que acabó con los gritos ensordecedores de los seguidores del cuadro antioqueño entonando un solo apellido: Borja, Borja.
Para Miguel Ángel fue su gol 39 en 2016, un año que ha sido el de su consagración. El que lo confirmó como delantero. Ha sido una temporada maravillosa, en la que brilló con Cortuluá y con Atlético Nacional. Rápidamente se metió en el corazón de los hinchas. Tan impresionante ha sido esta campaña para el atacante nacido en Tierralta, Córdoba que ya su nombre suena para que lo llamen a la selección de Colombia. ¿Y cómo no?, si esta cantidad de tantos lo convierten en el cuarto goleador en el año en todo el mundo. Hay pocos argumentos para que Pékerman no lo llame.
Son 39 tantos, 39 celebraciones que han abierto la mirada de propios y extraños. Tan solo lo superan en la lista Lionel Messi (49), Luis Suárez (46) y Cristiano Ronaldo (41), tres goleadores de talla mundial. Y lo empata Zlatan Ibrahimovic, atacante que ha deslumbrado a lo largo de su carrera. Miguel Ángel Borja se unió a una élite a la que pocos se han podido unir.
Su año en Cortuluá y Nacional
Después de salir campeón de la Copa Sudamericana con Independiente Santa Fe en 2015, pasó al Cortuluá, debido a que en el cuadro cardenal era poco el tiempo que le daban para jugar. “Lo más difícil es cuando uno no juega, cuando no se brinda la confianza necesaria. En Santa Fe no jugué más de tres partidos seguidos y eso a uno lo marca. Para un jugador de fútbol la continuidad es vital”, dijo a El Espectador. Pero vendrían momentos inolvidables en el equipo del ‘Corazón del Valle del Cauca’. Allí con Mayer Candelo como pasador se convirtió en una de las figuras del fútbol colombiano, se destacó en la Liga en la que terminó como el goleador, con 19 tantos en 21 partidos.
Ese primer semestre de ensueño hizo que Atlético Nacional fichara al jugador. Y con el equipo verde tuvo un debut inolvidable. En el estadio Morumbí de Sao Paulo le marcó dos goles al cuadro paulista para dejar a su nuevo equipo a un paso de la final de la Copa Libertadores. Después se encargó de terminar de hundir al equipo brasileño en el Atanasio Girardot. Así comenzó su historia en el cuadro antioqueño. Le siguió levantar el título de la Copa Libertadores y brillar a lo largo del semestre.
Con los tres goles marcados ante el Coritiba en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, llegó a 17 tantos en 20 actuaciones con el campeón de América. Desde que debutó en Nacional al compromiso del pasado miércoles, Miguel Ángel tiene un promedio envidiable. Ha jugado cinco partidos en la Liga Águila; la misma cantidad en la Copa Colombia; cuatro en la Copa Libertadores y nueve en la Sudamericana. En total, tiene 1700 minutos acumulados y un promedio de un gol cada 100 minutos.