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A veces se encuentran personas que tienen clara su misión en la vida y que al hablar de ella no dejan de sonreír. Patricia Caicedo lleva veinte años viviendo en Barcelona, quince de ellos dirigiendo un festival que busca que los compositores de la canción artística latinoamericana sean valorados de la misma forma que los europeos. Ella escribe libros, publica partituras, graba discos, ofrece conciertos, enseña a otros y es la fundadora y directora del Barcelona Festival of Song, que en 2019 llegará a su edición número 15.
Vino a esta ciudad para convertirse en cantante y estudiar un doctorado en musicología. Nacida en Ibagué, inició sus estudios a los cinco años en el Conservatorio del Tolima y comenzó a cantar a los 12 años; lo hizo de forma empírica hasta los 23, cuando finalizó su carrera de medicina y regresó al Conservatorio. Hasta la fecha ha cantado en escenarios de Alemania, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Portugal, Rusia y en varios países de América Latina, además de dictar clases magistrales y conferencias en diversas universidades sobre la canción artística.
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Patricia me cuenta que los estudiantes de canto lírico de todo el mundo se forman aprendiendo el repertorio alemán, francés e italiano, pero desconocen el ibérico y el latinoamericano. Y esta es precisamente su lucha: el reconocimiento y la promoción de nuestro patrimonio musical. Ella misma canta en español, catalán, portugués, quechua y náhuatl, entre otras lenguas, y busca la forma de promover el conocimiento mediante sus libros, sus discos y el festival.
Los sonidos de las naciones imaginadas (Mundo Arts Publications, 2018) es el título de su más reciente libro: “Es un ensayo que surgió de mi tesis doctoral como musicóloga; encuentro interesantísimo observar cómo en la canción se reflejan los procesos de construcción de la nación y los valores de la sociedad en diversos momentos históricos”. Ella comenta, en una entrevista para Russia Today, que creía que cantar iba a ser su hobby, pues ya había terminado su carrera de medicina y pensaba especializarse en psiquiatría: “La seguridad que te da la medicina no te la da la música”; sin embargo, decidió pasar de las sillas del público al escenario y arriesgarse a hacer una carrera en lo que realmente le apasionaba.
Del repertorio lírico colombiano le gustan especialmente las obras del compositor Jaime León, de quien aparte de interpretar sus canciones también ha publicado dos libros con toda su obra vocal, la que considera una de las mejores de América Latina del siglo XX. “Para mí se convirtió en una misión sacar a la luz este patrimonio y contribuir a crear un círculo virtuoso que lo visibilizara. Este incluye la investigación, publicación, ejecución, grabación, enseñanza y difusión”. Y es lo que ella hace en el Barcelona Festival of Song.
En Estados Unidos se dio cuenta de que los cantantes solían hacer cursos de verano, la mayoría de estos en Europa. Cursos dedicados a la ópera o lied. “Me pareció natural y necesario crear un espacio similar para el estudio de la canción artística en español, catalán y portugués”. Así nació la idea, donde el componente principal es un curso de historia e interpretación del repertorio vocal ibérico y latinoamericano, al que asisten cantantes líricos de todo el mundo. Este año fue un gran placer oír voces acompañadas en piano, guitarra y violín de países como Australia, Cuba, Estados Unidos, Grecia, Israel, México, Suecia y Turquía. De Colombia disfrutamos de las interpretaciones de las sopranos Laura Saldarriaga y Paola Monroy.
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El enfoque del festival de 2018 fue el reconocimiento de la influencia árabe y sefardita en la construcción de la identidad musical, pero siempre dirigido principalmente al castellano y al catalán; fueron 68 horas de clase con expertos de cada área. El público en general pudo asistir a diez conciertos que se organizaron en forma gratuita, además de conocer la obra de otros artistas invitados. Este año se destacó el trabajo del poeta barcelonés Santiago Montobbio y de los compositores Edmundo Villani-Côrtes (Brasil) y Mariela Rodríguez (Cuba), que musicalizaron sus poemas.
Para el 15º aniversario se planea hacer un recuento de la historia del festival: “Partió de lo latinoamericano, abrazó lo catalán, reconoció lo indígena, lo mediterráneo, a las mujeres, en fin… ha ido sumando elementos para enriquecerse. La decimoquinta edición visibilizará este proceso de construcción”. Gracias a Patricia Caicedo, los estudiantes de canto lírico en el mundo tienen la oportunidad de conocer e interpretar un tipo de música que a veces ni los mismos latinoamericanos sabíamos de su importancia y belleza, y los residentes o visitantes de Barcelona pueden disfrutar cada año de sus conciertos. Ella es talento y tenacidad.