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Ante la polémica por el informe sobre versión de conflicto armado que le entregó el Ejército a la Comisión de la Verdad, el presidente de esta coorporación, el padre Francisco de Roux, así como el Ministro de Defensa, Guillermo Botero, y el general Luis Fernando Navarro le salieron al paso a los cuestionamientos. Los tres defendieron el derecho de las fuerzas militares de defender su posición frente a lo que ocurrió durante 50 años de guerra.
El primero en hablar fue el padre De Roux. En los micrófonos de la emisora BluRadio, el presidente de la Comisión señaló que el Ejército está buscando tener una “versión coordinada” sobre lo que para ellos ocurrió durante el conflicto y que es normal esta posición en momentos históricos como los que vive el país, e incluso considera importante que esto suceda para escuchar su explicación razonable “de la forma de cómo actuaron”.
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Francisco de Roux agregó que el trabajo de la Comisión es recibir todos los puntos de vista que entreguen las partes del conflicto, ya sean víctimas o victimarios, y que la labor de los comisionados es contrastar todas esas posiciones y opiniones. Para él, la verdad que quieren conseguir necesita de todo ese tipo de discursos, inclusive los de los agentes del Estado sobre lo que vivieron en las líneas de batalla.
“Es normal y es una responsabilidad de ellos, además de un ejercicio de legitimidad, que presenten su punto de vista. Para nosotros también es muy importante, porque en Colombia también debe entenderse la racionalidad de las Fuerzas Armadas durante el conflicto (…) las verdades que son verdades apologéticas no necesariamente son las más interesantes, pero son razonables. Cualquier institución trata de explicar su racionalidad”, añadió la cabeza de la Comisión de la Verdad.
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Por otra parte, el comandante de las fuerzas armadas, Luis Fernando Navarro explicó que fue el padre De Roux quien les pidió aportar una versión de los hechos relacionados con el conflicto, sobre todo lo que tuviera que ver con el “ambiente operacional. Nos pareció una oportunidad muy valiosa”, apuntó. El general Navarro agregó que considera que hay una verdad institucional que se debe aportar al trabajo de la Comisión de la Verdad y que puede haber tranquilidad pues “siempre se trabaja sobre la verdad”.
El comandante se refirió al hecho de que el informe se elaboró desde la cúpula militar y muchas de las ideas allí planteadas fueron organizadas por el general Alberto José Mejía, quien estuvo a la cabeza del Ejército antes de él. “En su momento, el comandante general de las Fuerzas Militares, al mando del general Mejía, produjo un documento donde se dan las órdenes para que podamos desarrollar una verdad institucional, pero aclaro que yo asumo ese documento porque soy el comandante de las Fuerzas Militares”, expresó Navarro.
Aunque expresó tranquilidad por las versiones entregadas a la Comisión, el general Navarro mostró su preocupación en BluRadio por la filtración del documento restringido que divulgó el diario El País de España en la noche del pasado martes 20 de agosto. “Todos los canales están dados para que cualquiera exprese su inconformidad o desacuerdo con la institución, pero esos temas de filtración no son acordes con la normas (…) Es preocupante este tema de la fuga de información. Alguien tendrá que ser penalizado en algún momento por estar jugando con la seguridad de la información”, advirtió el general.
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El documento al que hacen referencia tanto De Roux, como Botero y Navarro es de marzo de este año. En total, el informe consta de 15 páginas y allí, el comandante Nicasio Martínez firmó el plan 002811, que tiene el rótulo de “restringido”: con el fin de “cumplir la estrategia para la construcción de la narrativa marco de memoria histórica del conflicto armado colombiano, que busca guiar la posición institucional en los espacios de verdad y memoria histórica”.
“La participación del Ejército Nacional en la Comisión de la Verdad es un recurso estratégico de cara a los procesos del postconflicto”, advierte el documento, señalando que allí no solo se exigirá verdad y responsabilidad a los actores del conflicto, sino una instancia también para reconocer las “complejidades” del mismo. “La participación activa y coordinada de los miembros del Ejército Nacional en la Comisión le permitirá posicionar culturalmente el papel que ha jugado en la construcción de la paz y la democracia en Colombia”, dice el informe.
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“El Ejército debe construir y reconstruir su verdad sobre los orígenes, causas, desarrollo e impacto del conflicto armado, para que le sea posible definir los referentes identitarios en relación con su accionar”, se lee en el documento, en el que también se insiste en que ellos son no solo actores, sino, igualmente, víctimas del conflicto: “Los miembros del Ejército víctimas son el testimonio vivo de las graves violaciones a los derechos humanos y las graves infracciones” al DIH.
Una de las claves que considera esencial el general Martínez en el documento es identificar el “ambiente operacional en que se dio la actuación del Ejército Nacional desde 1953 (época en que surgieron las primeras guerrillas liberales) hasta 2016, la cual se estructurará a partir de tres ejes fundamentales”. La primera son las "líneas de contra-argumentación”. La segunda son los casos emblemáticos que contribuyen al posicionamiento de la visión del Ejército. Y la tercera la “visibilización de afectación a las víctimas militares”.