El pasado esclavista que persigue a la Universidad de Georgetown (EE. UU.)

Un grupo de estudiantes de esta universidad de primer nivel propuso un fondo para beneficiar a los descendientes de 272 esclavos vendidos por esta institución hace más de dos siglos. Esta podría ser la primera política de reparación de la esclavitud en EE. UU.

- Redacción Internacional
09 de abril de 2019 - 09:58 p. m.
Imagen de uno de los edificios de la Universidad de Georgetown.  / Georgetown University
Imagen de uno de los edificios de la Universidad de Georgetown. / Georgetown University
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La Universidad de Georgetown, una de las más prestigiosas de Estados Unidos no logra saldar su deuda con su oscuro pasado. En 2014, en un mea culpa público, la institución educativa pidió perdón por su pasado esclavista. 

Dos siglos después, las directivas del centro educativo hicieron una especie de acto de contrición por la venta de 272 esclavos negros para subsanar sus deudas, en 1838. Ese año, los jesuitas Thomas Mulledy y William McSherry, acosados por las deudas, vendieron los esclavos que tenían en una plantación de Maryland.

"Esta comunidad participó en la institución de la esclavitud. Ese mal original, que marcó los primeros años de la República, también estuvo aquí presente", reconoció hace cinco años (2014) el presidente de Georgetown, John DeGioia, en un acto en la universidad en el que participaron descendientes de los esclavos que trabajaron en las plantaciones jesuitas en el sur de Maryland. 

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"Hemos sido capaces de esconder esa verdad, enterrar esa verdad, ignorar y negar esa verdad. Como comunidad y como personas, no podemos sacar lo mejor de nosotros si rechazamos asumir la responsabilidad de esa parte esencial de nuestra historia", añadió DeGioia, quien en septiembre de 2015 creó un grupo de trabajo para que le diera recomendaciones de cómo debían enfrentarse a su pasado esclavista. 

Desde entonces la institución decidió darle preferencia en sus admisiones a los descendientes de sus antiguos esclavos. También propusieron que los edificios que llevaban el nombre de los dos presidentes de la universidad implicados en la venta de esclavos -Mulledy Hall y McSherry Hall- pasarán a llamarse Isaac Hall, en honor del primer esclavo mencionado en los documentos de la venta, y Anne Marie Becraft Hall, en honor de una monja negra que fundó una escuela para niñas negras en el vecindario de Georgetown.

Crearon el Instituto para el Estudio de la Esclavitud y su Legado en la Universidad para confrontar su pasado esclavista en Georgetown, que no ha sido la única institución educativa que lo ha hecho: Brown, Columbia, Harvard y Virigina tienen un pasado relacionado con esa época. 

¿La primera política de reparación? 

En medio de estos esfuerzos por subsanar el pasado, el próximo jueves 11 de abril, según reporta el portal The Politico, los estudiantes de pregrado votarán un referendo para crear una tarifa de estudiante de US$27,20 por semestre para crear un fondo que beneficiaría a los descendientes de esos esclavos vendidos, a través de iniciativas  de educación y atención médica en los locales de Louisiana y Maryland, donde muchos de ellos aún viven.

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"Si la medida se aprueba y la junta directiva de la universidad lo aprueba, marcará la primera vez que una importante institución estadounidense ha superado los lugares comunes del "diálogo" y en realidad compensó a las víctimas de la esclavitud. Y llega en un momento, no del todo casual, cuando la conversación sobre el reconocimiento racial de los Estados Unidos surgió repentinamente como un tema que muchos progresistas están utilizando para acentuar el campo extenso de los demócratas en la campaña presidencial de 2020", señala Politico

Según le dijo Marcia Chatelain, profesora de historia y estudios afroamericanos, a Politico, "Lo que está sucediendo ahora mismo en el campus de Georgetown es un reflejo de un clima político más amplio, en el que, creo, la gente está tomando en serio cómo se ve la acción antirracista". Y agregó: "Así que no es solo ser amable con los demás o decir que el racismo es algo malo. Se trata de realmente tomar en cuenta y responsabilizarse de las formas en que estas decisiones y procesos en el pasado moldean la vida contemporánea ".

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El problema, señala el artículo de The Politico, es que al parecer la Universidad no quiere tener nada que ver con la restitución financiera, así sean los estudiantes quienes la pagan. Señala el informe que, dos días antes de que se aprobara la resolución, los administradores del ente educativo entraron en una sala con estudiantes y lanzaron un último esfuerzo para oponerse a sus esfuerzos.

"Dijeron que la tarifa era "simplemente no apropiada" y fuera de los límites de lo que el gobierno estudiantil podría hacer. Incluso los subsidios de investigación federales para la escuela podrían verse amenazados por esta tarifa, dijeron los funcionarios, de acuerdo con una grabación de audio realizada por los estudiantes en la sala", señala Politico.

Todd Olson, vicepresidente de asuntos estudiantiles, a le reafirmó a Politico la posición de la administración de que la votación es principalmente simbólica: "Los referendos estudiantiles ayudan a expresar las perspectivas importantes de los estudiantes, pero no crean una política universitaria y no son vinculantes para la universidad".


 

Por - Redacción Internacional

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