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El pasado 28 de mayo, la policía de Teherán fue alertada por disparos en un apartamento del exclusivo distrito de Saadat Abat. Cuando llegaron al lugar encontraron a Mitra Ostad, de 36 años, muerta por heridas de bala en pecho y brazos.
Un caso más de violencia que investigarían las autoridades, pero que dio un giro inesperado cuando el esposo de la mujer acudió a la policía y confesó que él había sido el asesino.
La sorpresa fue mayúscula cuando el responsable del crimen se identificó: era Mohamed Ali Nayafi, de 67 años, un reconocido político y catedrático de universidad, quien fue elegido alcalde de Teherán en agosto de 2017, aunque solo ocupó el cargo durante siete meses.
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Renunció al puesto alegando "problemas de salud", pero en seguida se difundieron rumores que apuntaban a que el motivo era que se había casado por segunda vez con una mujer más joven, la ahora asesinada.
Otra posible razón de su renuncia fue el baile realizado por niñas en un acto del Ayuntamiento, que fue criticado por la fiscalía debido a que en Irán las mujeres no pueden bailar en público.
Mohamed Ali Nayafi era un defensor del género femenino. Defendía el derecho de las mujeres de caminar tranquilas por las calles. Pero de puertas para adentro parecía promover otra cosa.
Según el superintendente del Tribunal de Crímenes de Teherán, Mohamad Shahriarí, la mujer falleció a causa de varios disparos, algunos de los cuales le impactaron en el corazón, y Nayafí dijo que el motivo del asesinato fueron "disputas familiares".
Su confesión, difundida anoche por la televisión estatal, precisa que le había propuesto previamente el divorcio y que ella no había aceptado, y que volvieron a discutir sobre sus diferencias.
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"Me enfadé y saqué el revolver para asustarla mientras ella iba hacia la bañera (...) Cometí un error y ella perdió la vida", explicó el exalcalde.
Su confesión causó indignación generalizada en el país, pues el manejo de este caso evidenció que en la justicia se solpan cuestiones culturales, sociales e incluso políticas. El confeso asesino, según mostró la televisión local, apareció en la comisaría tratado con toda deferencia, tomando el té y departiendo cordialmente con los policías.
"Disparo al corazón de las reformas", mostró en su portada el periódico rigorista Vatan. "Teherán en shock", tituló el reformista. Otro de la misma línea, el Sharq, escribió: "Destino amargo de un tecnócrata".
"Las discusiones que veníamos teniendo en los últimos días llegaron hoy a su clímax. Me enfadé y cogí la pistola. Ella se fue al baño y la perseguí. Sólo quería amedrentarle y le enseñé la pistola. Le dije: '¿Quieres acabar con esta pelea o no?'. Ella entró pánico y se abalanzó sobre mí", explica Nayafi al presentador de la cadena estatal iraní que cubría los hechos.
La gente comenzó a cuestionar la naturalidad con la que el asesino narraba los hechos, y hasta los justificaba. Por eso el enviado que cubría los hechos le preguntó: "¿No habría sido mejor resolver las cosas mediante la ley?". A lo que el político responde: "Definitivamente hubiese sido mejor, pero durante el año pasado probé diversas formas de hacerlo. Le ofrecí el divorcio varias veces, pero ella no lo aceptó por sus razones propias. No lo hacía por su carácter particular, que lamentablemente llevó a que yo cometiera un error así y ella perdiera su vida".
Nayafi, con un máster en matemáticas por el estadounidense Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue ministro de Ciencia y Educación en las décadas de 1980 y 1990 y jefe del Centro de Planificación y Presupuesto iraní.
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Durante el primer mandato del presidente moderado, Hasan Rohaní, fue de nuevo propuesto para ocupar la cartera de Educación, pero no logró la confianza del Parlamento, por lo que ejerció durante un tiempo de asesor del mandatario.
Nayafi sustituyó en la alcaldía de Teherán a Mohamad Baqer Qalibaf, quien llevaba en el cargo desde 2005, poniendo fin a tres lustros de los conservadores en el Ayuntamiento de la capital.
El medio Ensaf informó de que Ostad había contactado con ellos antes para concertar una entrevista y hablar de su matrimonio tormentoso con Nayafi. Murió antes de eso.
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Sociólogos iraníes e investigadores en ciencias sociales advierten que la violencia contra las mujeres ha aumentado en la sociedad.
En declaraciones a la agencia de noticias oficial Irna, el sociólogo e investigador de ciencias sociales Kamil Delpasand señaló que las estadísticas sobre la violencia contra la mujer no se registraron ni se publicaron en los medios de comunicación.
Reza Caferi, responsable de situaciones sociales de emergencia, dijo en una declaración a los medios iraníes en mayo, que la violencia doméstica contra las mujeres aumentó en un 20 por ciento en el último año en Irán. Las cifras se refieren al período de marzo de 2017 a marzo de 2018.