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Ante los reparos alrededor de la licitación para renovar la flota de las fases I y II de Transmilenio –en particular, los formulados por entes de control, concejales y ambientalistas por falta de estímulos al uso de tecnologías limpias– este lunes la administración distrital informó que suspenderá el proceso por un mes.
(Lea: Advierten anomalías en incentivos tributarios ambientales para renovar flota de TM)
Según el sistema, con la suspensión –que tiene origen en la multiplicidad de peticiones– se busca garantizar que los diferentes interesados cuenten con el tiempo suficiente para “confeccionar sus ofertas garantizando así la selección objetiva y la pluralidad de oferentes”.
“Esta es una licitación hito para la ciudad y en ese sentido, debemos dar todas las garantías necesarias para garantizar la mayor cantidad de participantes”, explicó Transmilenio, que se declaró atento a las observaciones de los órganos de control.
(Lea: Licitación de TM: última lucha de las tecnologías limpias para competir)
Desde que se conocieron los prepliegos de la licitación, múltiples voces expresaron su preocupación por los términos en que estaba planteado el proceso: académicos, concejales, entes de control, activistas ambientales y hasta congresistas presionaron al Distrito para que diera más espacio a la llegada de buses limpios. Por ello, se aumentó de 50 a 200 el puntaje para los oferentes de articulados y biarticulados que no sean diésel.
Los reparos más recientes los formuló la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), que envió una carta a Transmilenio con una serie de comentarios sobre presuntas irregularidades en los incentivos tributarios para los buses eléctricos y a gas. La UPME hace referencia a la eliminación de aranceles que aprobó el Gobierno para incentivar la llegada de vehículos eléctricos e híbridos al país
(Lea: “Hay una oferta dispar de tecnologías”: TM sobre licitación de buses)
Por eso, cuestionó que en los términos de la licitación se haya incluido la obligación del concesionario que proveerá la flota de trasladar al Fondo de Estabilización Tarifaria del Distrito el monto equivalente al beneficio tributario obtenido. Según se lee en la carta, “no es claro cuál es el sustento legal en el cual se pretende obligar al concesionario a entregar al Fondo de Estabilización Tarifaria o en general a la bolsa de ingresos del sistema una cantidad de dinero inexistente ya que el Certificado de Beneficio Ambiental es justamente para acceder a la exclusión del IVA y no se trata de una devolución”.
A través de una carta fechada el 25 de julio, el Ministerio de Ambiente hizo lo propio y se unió a las voces que piden al alcalde Enrique Peñalosa a priorizar la incorporación de tecnologías más limpias en el proceso para adquirir nuevos buses para renovar la flota de las fases I y II del sistema.
(Lea: Minambiente a Peñalosa: “Nueva flota de TM debe priorizar tecnologías más limpias”)
Recordando los compromisos adquiridos por Colombia en el Acuerdo de París y alertando que Bogotá es una de las ciudades en donde más se supera la norma de calidad del aire, el Ministerio insiste en que la nueva flota debe apostar por tecnologías bajas en emisiones, “como son los buses eléctricos, a gas natural o híbridos”.
“Este escenario pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas de fondo, en especial sobre la flota de transporte público, particularmente la de Transmilenio, cuyas licitaciones se convierten en una oportunidad única de reducción de emisiones al aire, no sólo de gases de efecto invernadero sino de contaminantes criterio”, asegura la autoridad ambiental.
(Lea: Procuraduría: ‘¿Por qué TM comprará buses que no son permitidos en Europa?’)
El Ministerio le pide al alcalde considerar además no solo el costo inicial de los buses, sino los costos asociados a ciclo de vida de cada tecnología. Lo anterior, ante los argumentos del Distrito que, aunque ha dicho que exigirá que los nuevos buses cumplan mínimo la norma Euro V (una de las más exigentes en cuanto a la reducción de emisiones de gases contaminantes), ha señalado que por más que quiera, sería imposible comprar gran parte de la flota eléctrica o a gas, debido a los costos y a la falta de infraestructura.
“Si bien la inversión inicial es más baja en vehículo diésel frente a los de tecnologías más limpias, existen estudios comparativos de la vida útil, en donde se evidencia que son más bajos los costos asociados a éstos últimos, al contemplar mantenimiento, costo del combustible/energía, financiamiento, entre otros”, agrega el Ministerio.
(Lea: Las alternativas para renovar la flota de Transmilenio)
El Gobierno Nacional concluye que se requieren “criterios efectivos” para avanzar en la consolidación de un sistema masivo que permita alcanzar el logro de las metas de política ambiental relacionadas con el mejoramiento de la calidad del aire y el cumplimiento de los compromisos en el marco del Acuerdo de Paris.
En su comunicación, el Ministerio cita el último informe del estado de calidad del aire, en el que se evidencia que apenas dos las 14 estacionesque monitorean las partículas contaminantes en Bogotá “se encuentran por debajo de las normas anuales definidas para 2030, lo que demuestra que se deben implementar fuertes medidas para el mejoramiento de la calidad del aire en la ciudad”.
(Lea: En Bogotá y Medellín siguen estando los sitios con el aire más contaminado)
"Bogotá es una de las ciudades en donde más se supera la norma de calidad del aire en relación con material particulado, contaminante cuya fuente principal está asociada en gran medida a las emisiones de los vehículos con motor ciclo diésel", agrega.
Previamente, la Procuraduría General de la Nación cuestionó a la administración distrital por el proceso para adquirir nuevos buses para renovar la flota de las fases I y II del sistema, la cual demandará una inversión de $2,9 billones.
(Lea: Reparos a licitación de Transmilenio van más allá del debate ambiental)
En línea con lo dicho por otros entes de control, concejales y ambientalistas, la Procuraduría centra sus reparos en la tecnología con la que operarán los nuevos automotores, advirtiendo que en el proceso de contratación no se está teniendo en cuenta la adquisición de tecnología de vanguardia “¿Por qué los buses que no pueden ser vendidos en la Unión Europea por no cumplir con la norma Euro VI (a gas y no con diésel), que establece el límite permitido para las emisiones de impacto ambiental, podrán circular por Bogotá?”, le pregunta el organismo a Transmilenio.
Hace menos de una semana, Distrito respondió al ente de control y aseguró que sí se está estimulando el uso de tecnologías limpias. Sin embargo, señaló que “hay una oferta dispar de tecnologías disponibles para la ciudad”. Según Transmilenio, que cita estudios realizados para el caso específico de Bogotá, aunque en la provisión de buses articulados diésel y a gas“existen diferentes fabricantes, y por lo tanto mayor competencia”, y en los buses de capacidad superior de tecnología diésel se cuenta con dos oferentes, “en las demás tipologías y tecnologías (eléctricos) se dispone únicamente de un fabricante”.
En su comunicación, el sistema indicó que el proceso de licitación contempla un mecanismo para favorecer a los proponentesque traigan buses con estándar Euro VI o superior mediante unaasignación de puntos a su propuesta. “Transmilenio recuerda que las licitaciones para la provisión de flota y su operación otorgan hasta 400 puntos adicionales (200 por cada licitación) a los proponentes que incluyan nuevas tecnologías, y que respondan a los requerimientos de infraestructura del sistema como el hecho de que tengan piso alto, tal como están diseñados los nueve portales y las 139 estaciones que hay en la ciudad”, explicó Transmilenio.
Recordó también que, en el caso particular de Bogotá, es importante que los vehículos hayan sido probados para verificar su confiabilidadbuscando minimizar riesgos en la operación, “sin que esto implique truncar la oportunidad de innovación”.
“El solo hecho de aumentar el estándar Euro de emisiones ya es una ganancia muy grande para Bogotá. Con el cambio de estándar de emisiones para un vehículo de la misma tipología (articulado o biarticulado) al pasar del estándar Euro II al Euro V (diésel), como mínimo, se estima una reducción del 87 % las emisiones de material particulado por vehículo”, precisó Transmilenio.
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