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Las protestas que se desataron a finales del año pasado en Hong Kong, y que duraron siete meses, marcaron un antes y un después en la lucha que tienen los movimientos prodemocracia contra el gobierno chino. Ahora, en medio de la crisis sanitaria, podrían estar a punto de reaparecer si en China se aprueba una polémica ley de seguridad Nacional. La propuesta de ley, que debería reprimir la traición, la subversión y la sedición, fue introducida en la sesión inaugural del parlamento chino en Pekín, celebrada hoy.
La ley sigue a las repetidas advertencias de los líderes comunistas chinos de que no tolerarán la disidencia en Hong Kong, un territorio semiautónomo del gigante país asiático. "Es la mayor arma nuclear que el Partido Comunista Chino ha usado en su destrucción mutua con Hong Kong", dijo Jimmy Sham, el líder de Civil Human Rights Front, organizador de la manifestación de un millón de personas que desató las protestas el año pasado.
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Sham hizo un llamamiento a volver a las calles, mientras que otros activistas convocaron a través de internet protestas para el domingo. Según Joshua Wong, uno de los principales activistas prodemocracia, el mensaje es claro: "Pekín está intentando silenciar las voces críticas de los hongkoneses por la fuerza y el miedo", escribió en Twitter.
"Amenaza casi existencial"
Por su parte Amnistía Internacional advirtió que la legislación supone "una amenaza casi existencial al imperio de la ley en Hong Kong" y aseguró que es "un momento siniestro para los derechos humanos en la ciudad". Tras el anuncio de la ley, la bolsa de Hong Kong perdió más de un 5%.
Desde 1997, cuando Hong Kong, entonces una colonia británica, volvió a soberanía China, el territorio goza de libertades mucho más amplias que en China, según el principio de "un país, dos sistemas". Sin embargo el poderoso movimiento prodemocracia teme que Pekín recorte libertades.
El Partido Comunista Chino dejó claro el viernes que la nueva ley tiene el objetivo de sofocar el movimiento prodemocracia. "Tenemos que tomar medidas poderosas para prevenirlos legalmente, detenerlos y castigarlos", dijo Wang Chen, el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN), en referencia a las fuerzas "antichinas".
El artículo 23 de la Ley Básica de Hong Kong, una especie de miniconstitución, establece que la ciudad tiene que promulgar una ley que prohíba "la traición, la secesión la sedición y la subversión" contra el gobierno chino. Sin embargo nunca se implementó está cláusula que la oposición de Hong Kong teme que limite sus derechos civiles.
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En 2003, un intento de la asamblea legislativa de Hong Kong de aplicar el artículo 23 fracasó después de que un millón de personas salieran a la calle para protestar. En este caso, la ley sería aprobada por el parlamento nacional chino y evitaría así pasar por la asamblea de Hong Kong.
Wang Chen dijo que los plazos para implementar esa ley de seguridad obligaron a los líderes chinos a tomar partido. "Más de 20 años después de la vuelta de Hong Kong, hay leyes relevantes que todavía no se materializaron a causa del sabotaje y la obstrucción de los que intentan sembrar disturbios en Hong Kong y en China en su conjunto, así como de las fuerzas externas hostiles", dijo.
La jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, dijo por su parte el viernes que está dispuesta a "cooperar plenamente" con Pekín y que su gobierno "completará la legislación lo antes posible"
Estados Unidos reaccionó al anuncio de China y la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, advirtió que imponer una ley sería "altamente desestabilizador y recibiría una fuerte condena de los Estados Unidos y la comunidad internacional".