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Con consignas por un país en paz fueron sepultados este viernes, en Quito, los cadáveres del equipo de prensa ecuatoriano secuestrado el pasado marzo en una zona fronteriza con Colombia y asesinado en cautiverio. (Le podría interesar: Javier, Efraín y Paúl: a Ecuador siempre le faltarán tres)
Familiares y amigos del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra, dieron el último adiós al equipo de prensa con el lanzamiento de globos blancos al aire, mientras se escuchaban consignas como “Ecuador de paz” y “Nadie se cansa”.
Ortega, Rivas y Segarra, fueron secuestrados el pasado 26 de marzo en la zona de Mataje, en la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, donde realizaban trabajos periodísticos sobre el auge de la violencia en la zona.
Poco después, un grupo disidente de la antigua guerrilla de las Farc, autodenominado Frente Oliver Sinisterra, asumió la autoría del secuestro y el 13 de abril el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, confirmó el triple asesinato. Después de 93 días los familiares recuperaron sus cuerpos.
"Basta de estas situaciones de violencia, necesitamos una paz verdadera, no política, una verdadera paz en las fronteras, necesitamos acciones", dijo Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo. (Lea también: ¿Quiénes son los periodistas ecuatorianos asesinados por disidencias de las Farc?)
Los cuerpos del equipo periodístico llegaron al país el pasado miércoles, después de que los familiares viajaron a Colombia para confirmar si los cadáveres encontrados por autoridades de ese país, en la localidad fronteriza de Tumaco, correspondían a los de sus parientes.
Después de una misa que se desarrolló en la iglesia La Dolorosa, en la capital ecuatoriana, los cuerpos fueron llevados a un campo santo para su sepultura. “Estos hechos ocurridos nunca más deben suceder: el sufrimiento, dolor, indignación”, agregó Rivas al afirmar que desea que “ninguna otra familia en el país, en Colombia o en la región lo pueda sentir”.
Con fotografías y rosas en las manos, los familiares acompañaron el último recorrido de los ataúdes al sepelio en el cementerio Memorial Necrópoli. “Ellos fueron a pelear por todos los ciudadanos que no tienen voz, que sufren, que están en una zona conflictiva y que en muchas ocasiones no tienen cómo decir al mundo lo que viven o lo que sienten”, recordó Christian Segarra, hijo del conductor.
Los familiares, que despidieron al equipo de prensa con música, entre lágrimas acariciaban los féretros cobijados con las banderas de Ecuador. "Lamentablemente su labor periodística tuvo que ser pagada con sus vidas, pero esa entrega tan simbólica y tan grande no va a quedarse ahí, vamos a seguir en esta lucha”, enfatizó Segarra. (Le sugerimos: “Ojalá el presidente Santos nos reciba”: hermano de fotógrafo ecuatoriano asesinado)
El camino de los féretros hacia las tumbas se cubrió con pétalos de rosas, mientras amigos y compañeros hacían una calle de honor donde acariciaban los ataúdes y agradecían por haberlos conocido. “Uno nunca está preparado para despedir a su padre o para despedir a sus hermanos, pero su viaje empezó hace mucho y hoy es una parte de este viaje que nos corresponde a nosotros hacerlo con todos los honores", comentó Segarra.
Fue enfático al decir: “El momento en que nosotros sucumbamos ante la histeria, ante el miedo, habrán ganado los delincuentes, los asesinos que acabaron con sus vidas”.
Al grupo disidente de las FARC al que se le atribuye el asesinato del equipo periodístico del diario El Comercio, también se le acusa del secuestro de Katty Velasco y Oscar Villacís Gómez, una pareja ecuatoriana que había viajado a Esmeraldas y cuyos parientes también participaron en la ceremonia fúnebre de hoy. (Lea también: Con homenaje en Cali despiden al equipo periodístico de El Comercio)
Yadira Aguagallo, pareja del fotógrafo asesinado, resaltó la unión de varios sectores del país “para luchar contra la impunidad, para luchar contra el olvido, para decir que no es normal secuestrar personas, no es natural asesinar personas”. En un día frío, los presentes dieron muestras de apoyo a los familiares y colegas al gritar consignas como: “Por el periodismo, por la paz, nadie se cansa”.
“Ellos estaban detrás de una verdad, así como todos los equipos periodísticos del país y esa verdad tiene que salir a la luz, aquí no acaba”, mencionó Aguagallo. “Yo nunca voy a dejar de amar a Paúl Rivas y con ese amor vamos a buscar memoria, verdad y justicia”, enfatizó.