Fernando Gaviria, el segundo colombiano de la historia con la camiseta amarilla en el Tour

El antioqueño conquistó su quinta victoria de etapa en las carreras grandes de ciclismo tras los cuatro triunfos en el Giro de Italia 2017.

EFE
07 de julio de 2018 - 03:12 p. m.
Fernando Gaviria, primer líder del Tour de Francia 2018. / AFP
Fernando Gaviria, primer líder del Tour de Francia 2018. / AFP

Fernando Gaviria (La Ceja, Antioquia, 23 años), llegó y beso el santo de las victorias en el Tour de Francia, con el honor de estrenar el maillot amarillo de la carrera, hecho histórico, ya que es el segundo ciclista colombiano que se pone líder, sucediendo a Víctor Hugo Peña, que lo llevó en 2003.

Lo de llegar y triunfar no es nada nuevo para Gaviria, un joven de aspecto duro de vaquero del 'far west', barba incluida. Tiene pedigrí de campeón, ya que procede de familia de deportistas. Su padre fue corredor y su hermana una destacada especialista en pista, como él, donde ya apuntaba desde la categoría sub-19 con dos títulos mundiales en 2012. Otro par de oros llegaron en 2015 y 2016, ya en categoría absoluta.

De la pista al asfalto. Destacó en Juegos Panamericanos y Bolivarianos antes del año mágico de 2015, cuando se presentó en sociedad con dos etapas del Tour de San Luis ante Cavendish y Sagan. Palabras mayores. Un esprinter de lujo procedente del país de los 'escarabajos'. El triunfo en Argentina puso en órbita a la joya de La Ceja.(Le puede interesar: Fernando Gaviria: "Ser líder del Tour es algo con lo que sueñan todos")

"En Colombia piensan que hay que dedicar mucho tiempo para adaptarse a Europa, pero mi enfoque era tratar de ganar desde el principio. Cuando fui a competir a San Luis hace dos años era para ganar. Allí derroté a uno de los grandes, a Mark Cavendish, y eso me motivó mucho. Siempre quiero ganar", recuerda.

Gaviria añadió a sus aptitudes físicas el aprendizaje de correr en un equipo como el Quick Step, que le fichó en 2015 procedente del Coldeportes como inversión de futuro inmediato. Se trataba de un destino apropiado, un conjunto que conoce perfectamente la técnica del esprint y comportamiento en carrera. (Lea también: "Hay que intentar recuperar lo que he perdido": Nairo Quintana)

Una leyenda del Quick Step como Tom Boonen, el rey de las clásicas, ya retirado, ya advirtió que Gaviria solo podría mejorar en técnica, pero no en velocidad porque en ese aspecto ya ha llegado a su tope, pero el colombiano piensa que "todo se puede mejorar con trabajo".

Gaviria soñaba y sueña con las clásicas, pero en su estreno en Europa no pasó de un noveno puesto en A Través de Flandes y un quinto en la Milán San Remo. Esta prueba italiana es su desafío como ciclista.

"Me gustan más las carreras de un día, son más intensas de más concentración, tienen todos los componentes del ciclismo que me apasionan", aseguró.

No obstante, Gaviria considera que "para las clásicas" le falta "crecer mucho, hay que conocer esas carreras y adquirir la experiencia necesaria".

"Estuve cerca de disputar la victoria en la Milán-San Remo, pero sufrí una caída. Iba cansado, me desconcentré y lo perdí todo. Es una carrera que estaba en la lista y que algún día quiero ganar", señaló. (Le puede interesar: Fernando Gaviria, el segundo colombiano de la historia con la camiseta amarilla en el Tour)

Un técnico del Quick Step, Brian Holm, dijo tras un triunfo de Gaviria en Gran Bretaña que "es una mezcla de Sagan y Cavendish". El colombiano tiene su propia teoría.

"Es un halago, pero prefiero marcar mi propia historia, quiero ser yo mismo, ser más completo y un ganador. Ellos son grandes corredores y quiero llegar a ser una insignia como ellos", manifestó.

En el Giro de Italia 2017 tenía otra fecha marcada para la gloria. El objetivo era ganar al menos una etapa en el año de su debut. Tenía subrayada la octava etapa del 13 de mayo por una razón de peso: ese día es el cumpleaños de su novia y le quería dedicar la victoria.

Los acontecimientos se adelantaron casi una semana, pero no fue un disgusto para el antioqueño. Feliz en el podio de Cagliari, ante su familia, vestido de rosa. (Lea también: Fernando Gaviria, a la sombra de la locura)

"Es una alegría enorme por el trabajo del equipo. Queríamos una victoria antes del día de descanso para poder disfrutar todos del reposo con más tranquilidad y la hemos conseguido. Es lo que venía buscando y lo he conseguido en mi debut en el Giro. Para mí es una felicidad enorme", señaló aquel día en meta el ciclista de La Ceja.

Muy aficionado a los caballos, tiene tres que cuida en Italia y quiere comprarse alguno de raza española, también es un ferviente seguidor de MotoGP. Admira al campeón español Jorge Lorenzo.

Aunque las referencias deportivas son su padre y hermana, Gaviria destaca la figura de su madre, clave para su formación y evolución.

"Yo salía a correr con mi padre y mi hermana es ciclista, pero mi madre siempre fue fundamental, me apoyó en todo. Tiene mucha paciencia y admite todo, para mí lo es todo", aseguró.

Para Gaviria, Argentina es un país talismán, pues en el Tour de San Luis 2015 se dio a conocer con 2 victorias de etapa, en 2016 logró 1 y se presentó en sociedad en Europa ganando en la Tirreno-Adriático y la París Tours. En 2017 el lanzamiento definitivo. En San Juan (Argentina) firmó 2 triunfos y en el Giro de Italia 4 mas el maillot por puntos. (Lea aquí: Fernando Gaviria ganó la primera etapa y se convirtió en el líder del Tour de Francia 2018)

Sigue la racha en 2018. De nuevo levantó los brazos en San Juan, ganó 3 etapas en la Colombia Oro y Paz, otras 3 etapas en el Tour de California y se estrenó en el Tour de Francia. Gaviria está lanzado. El duro del "far west" apunto alto, y rápido.

Por EFE

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