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Alepo ha sido llamada la Stalingrado de Siria: la ciudad donde se define el futuro de un conflicto y que, como consecuencia de él, queda en ruinas. Tanto la ciudad nueva como la ciudad vieja, que es patrimonio cultural declarado por la Unesco, son un estrago funerario de escombros: los edificios están derruidos, las vías son inservibles, los servicios básicos funcionan de manera intermitente, no hay agua potable y lo único que interrumpe el silencio mortuorio son los bombarderos que deambulan sobre su cielo y que se desgajan en bombas de barril llenas de estiércol, puntillas y gases tóxicos.
Eso es Alepo: la ciudad que reúne todo el desastre de Siria. La guerra en ese país ha dejado cerca de 300.000 muertos en cinco años —otras fuentes suman 400.000— y Alepo ha estado en el centro de las noticias en las últimas semanas. Aquí le explicamos quiénes actúan en dicha guerra, con qué objeto, quiénes los apoyan y cuál ha sido el grado de sufrimiento que han tenido que afrontar los civiles, inocentes perdidos en esta batalla.
¿Cuándo comenzó?
En mayo de 2012, ciudadanos en Alepo comenzaron a protestar contra el régimen de Al Assad. El fenómeno no fue único: ya otras ciudades de Siria se habían unido a la protesta y en general Oriente Medio se levantaba contra gobiernos que llevaban décadas en el poder. Sin embargo, Alepo se había mantenido alejada de lo que sucedía en el resto del país. En julio de 2012, empezaron los enfrentamientos en el suroccidente de la ciudad y se extendieron meses después al resto de la zona urbana.¿Quiénes participan?
Por un lado está el Ejército Sirio Libre, el brazo armado de la oposición política, que tiene apoyo de países como Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Por el otro están las Fuerzas Armadas del gobierno del presidente Bashar Al Assad, que están apoyadas por Rusia y diversas brigadas paramilitares. Desde hace unos meses, los kurdos, una comunidad que domina una zona específica de la ciudad, se unieron al Ejército Sirio Libre.¿Qué quieren y qué han logrado?
El objetivo del Ejército Sirio Libre es derrocar a Bashar Al Assad. Desde el comienzo de la batalla, han logrado conquistar el oriente de la ciudad, que se convirtió en su bastión más importante. En la mitad, sin embargo, ha habido abusos: reportes de civiles apuntan que los rebeldes han tomado casas de civiles como refugios y que las han asaltado.Por otro lado, el gobierno de Al Assad insiste en que su gobierno es el único válido y que el único modo de derrocarlo es a través de elecciones. Tiene en sus manos el occidente de la ciudad. Desde la entrada de fuerzas rusas en el conflicto, el 30 de septiembre de 2015, Al Assad ha hecho retroceder a los rebeldes en su bastión. Si bien el retroceso no ha sido agudo, Al Assad les ha cerrado el paso para la conquista del resto de la ciudad.
¿Han muerto civiles?
Sí, cientos de miles. Tanto los rebeldes como el gobierno de Al Assad, con apoyo ruso, son culpables de sus muertes. Las cifras pululan entre los 20.000 y los 30.000. Hace unas semanas, hubo una breve tregua de siete días en la que los ciudadanos de Alepo recibieron ayuda humanitaria. Tan pronto terminó dicha tregua, Alepo volvió a ser una urbe flamígera: 18 convoyes de Naciones Unidas fueron destruidos en un bombardeo en apariencia ejecutado por Rusia.Desde el 22 de septiembre, en Alepo han sido asesinadas 370 personas, en su mayoría civiles, 68 de ellas niños. Los ciudadanos tienen que afrontar un sitio permanente, dado que las fuerzas oficiales no permiten la entrada de alimentos y medicinas. La estrategia oficial es producirles hambre y sed para que se rindan. Más de 13,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria. Millones han sido desplazados.
¿Y quién los puede detener?
Hasta ahora, Rusia y el gobierno de Al Assad dominan sin resistencia en la batalla. Los rebeldes, sin embargo, se defienden: pese a todo, tras cuatro años de batalla no han caído. El gobierno británico planteó esta semana la posibilidad de que exista una intervención militar por parte de Occidente, es decir, de parte de Reino Unido, Francia y Estados Unidos. Sin embargo, tanto Estados Unidos como Francia se han mostrado reluctantes: el primero, por sus amargas experiencias de intervención en Irak y Afganistán; el segundo, porque compromete demasiado al enviar hombres propios a tierras extranjeras.El ministro de Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, ha pedido que se investigue si Rusia y Siria han cometido crímenes de guerra en Alepo. Johnson ha sugerido que sí los han cometido. Sin embargo, la región de Alepo está dominada por los aviones rusos y las fuerzas sirias oficiales, sin que existan más que demandas verbales del resto del mundo.
¿Y entonces cuál sería la solución?
Arabia Saudita y Catar propusieron esta semana en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que haya una solución política. Es decir, que los representantes de Al Assad y de los rebeldes se sienten a dialogar. Este sábado, los representantes diplomáticos de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Sergei Lavrov, se reunirán en Lausana (Suiza) para discutir un posible cese al fuego similar al que ocurrió en septiembre.Al Assad, por su parte, ha ofrecido a los rebeldes que salgan de la ciudad con su familia sin ser atacados. Sin embargo, las partes carecen de confianza y Al Assad, al mismo tiempo que se muestra conciliador, pide que la ciudad sea “limpiada” para poder recuperar otros sitios capturados.